Aportes para Pensar la Salud de Personas Trans.pdf | Page 44

cuerpo. Así que empecé a ahorrar. Trataba de ir todos los días a trabajar pero a veces se me complicaba porque tenía que levantarme temprano para cursar. Tardé bastante. Lamentablemente mi primera experiencia con un cirujano no fue muy buena. No quise viajar a Buenos Aires porque me daba miedo ir sola y no podía llevar a nadie porque iba a ser un gasto más para mí, tanto en el pasaje como en la estadía. Opté por operarme con un médico de acá. Le di la plata, firmamos todo pero la clínica en la que iba a realizar la operación cerró por malas condiciones edilicias (Santa Catalina en Allen). Un año estuve para que me reintegren la plata. La clínica argumentaba que iba a reabrir en cualquier momento. A todo esto yo ya había perdido el papel en el que constaba que yo le había dado el dinero por una cirugía de mamas. El médico por suerte nunca se enteró de esto. Cuando no dio para más porque ya estaba desesperada, una amiga mía me contactó con una abogada y fue ella quien me ayudó a recuperar peso por peso. Después de esto me decidí a buscar en Buenos Aires. Estuve días y días buscando y enviando mails. En Buenos Aires hay muchísimos cirujanos como también un mercado extranjero que viene a operarse en Argentina “con dólares” Así que algunos de los presupuestos que me pasaron eran impagables para mí. Tampoco quería lo más barato, porque ahí ya había que desconfiar. En foros en los que busqué info sobre los cirujanos que me cobraban un precio muy accesible había innumerables denuncias de personas en cuanto a los resultados, al trato, a la higiene del lugar en donde se realizaba la cirugía, etc., etc. Hasta que encontré a mi médico Gabriel Mastromónaco. No sé por qué dije ¡éste sí! Fui sola y con lo justo. Si algo hubiese salido mal y me hubiese tenido que quedar un tiempo más en Buenos Aires, no sé qué hubiera hecho. Por suerte, todo salió perfecto. Me atendieron de maravilla y los resultados son geniales. Todavía me acuerdo que cuando desperté lo primero que miré fueron mis pechos: fue una emoción difícil de explicar, muchos sentimientos juntos. Para algunas personas sólo son dos tetas, para mí, mi deseo de verme como mujer, trans, obvio y orgullosa de serlo… Mujer trans. Cuando alguien me pregunta “¿te cambió la vida?”, contesto: “¡Sí!”. Cuando era chica soñaba con tenerlas. No me pasa lo mi