Si analizamos estos cinco puntos podemos dar-
nos cuenta que en un principio el concepto de
Bienestar Animal no era más que la “ausencia de
malestar”. De hecho podemos decir sin temor a
equivocarnos que en la actualidad se trata de un
concepto que se encuentra en plena evolución y
constante desarrollo. Esto parte originalmente del
intento para lograr que el animal se encuentre en
armonía con el medio que lo rodea, hasta llegar a
lo que hoy en día es definido como Welfare Qua-
lity® dentro de la Unión Europea (UE), en donde
no solo se diseñan y se practican estrategias para
lograr mejorar los estándares, sino que además se
plantea un método de evaluación para cada uno
de los mismos.
¿Qué es el Bienestar Animal (BA)?
Si tuviéramos que definirlo en términos simples,
creo que sería la forma más adecuada partir del
Código Sanitario para los Animales Terrestres de
la OIE:
“el bienestar animal es el modo
en que un animal afronta
las condiciones en las que vive”.
Pero como suele suceder con una definición tan
simple, detrás de ella hay un proceso complejo
que en muchos casos es desestimado.
Un animal puede afrontar las condiciones en las
que vive partiendo de una serie de principios bá-
sicos que incluyen aprendizajes, representacio-
nes especificas (lo que significa para la especie),
representaciones individuales (como es percibido
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eso por el individuo, un medio que para uno es
amenazante, para otro puede no serlo) y sin du-
das, en esto el trato y manejo recibido de parte
de las personas que interactúan con él es de-
terminante, de esto se desprende la necesidad
de optimizar todo los procedimientos en la cría,
recría y doma, con las herramientas que aporta
el conocimiento científico al nivel del comporta-
miento equino.
Conocer mejor al caballo con
la finalidad de asegurar su bienestar
y seguridad
La alteración del Bienestar Animal impacta direc-
tamente sobre:
• La seguridad de los animales y el hombre
• El rendimiento y la sanidad
• La imagen de la producción
En trabajos recientes se demuestra que un estado
de malestar de los caballos está asociado a pro-
blemas de aprendizaje, baja fertilidad de las
yeguas y aumento de las agresiones (Benhajali
et al. 2010).
Es importante tomar en cuenta que nuestra per-
cepción sobre el comportamiento, usualmente
es una parte importante de la dificultad en la in-
teracción. Lo que nosotros creemos que siente (o
no) un animal, frecuentemente no se asemeja a la
realidad en el caso de los caballos, entonces es
necesario introducir nuevos parámetros más ade-
cuados, que reemplacen a nuestras interpretacio-
nes desde la óptica humana.
La “personalidad” o el carácter que observamos
en un caballo durante la edad adulta, no es más
que el resultado de una combinación de caracte-