“Primera gran influencia de la AACCP, la Expo-
sición de Palermo”
En la pista central de la Sociedad Rural de Paler-
mo pude ver trabajar a más de 70 productos Polo
Argentino (entre hembras y padrillos) muy pare-
cidos de tipo (petisos, bien aplomados, con una
inserción de cabeza correcta) sensibles, muy co-
rrectos trabajando y pensé dos cosas:
1- Lo lejos que estaba con mi cría de lo que
estaba viendo.
2- Cómo podía hacer para criar ese tipo de
caballos
Empecé a preguntar referentes y todos los cami-
nos me conducían hacia Alberto P Heguy… Me le
presenté y le conté lo que hacía yo como criador
(aclaro que no era ni es mi actividad económica) y
le dije que necesitaba comprarle un padrillo de su
cría para mejorar la mía y me dijo:
—Mis caballos no tienen precio, tienen alma...
en la primavera te espero en Intendente Alvear,
La Pampa, en mi campo Anay Ruca, cargá en un
tráiler una potranca recién domada y te hago un
cambio por un padrillito.
“Segunda gran influencia de la AACCP, uno
de sus fundadores Alberto P. Heguy me daba
la posibilidad de tener genética que su familia
había acopiado por más de 50 años, cuna del
polo mundial, lugar donde se criaban los me-
jores caballos de polo que habían montado a
nueve 10 de handicap de su familia”.
Así fue: me presenté con mi potranca y mi amigo
Luis Padilla (otro criador del norte) que después de
viajar 20 hs. en un tráiler, Alberto Pedro le pidió a
Nito Uranga que estaba en Anay que la montara y
después de verla trabajar me dijo:
—Listo, hacemos canje, me gusta tu yegua, ma-
ñana elegís entre dos padrillitos de 2 años que se-
paré para vos (con madres que habían jugado el
Abierto), ahora vamos a tomar un whisky para que
te recuperes del viaje.
Me terminé quedando una semana que confirmó
lo lejos que estaba yo de tener una cría de polo,
me sentía en el cielo (literal) jugué en esa semana
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