Anuario Raza Polo Argentino Anuario2017 | Page 41

tos Harriott para abajo, nos importaba que el ca- ballo juegue al polo y sea bueno. No nos importa- ba si era alto o petiso, gordo, bayo o tordillo. Nos importaba la aptitud. Por eso cuando me comprometieron a fundar la AACCP, quise modificar los criterios de selección. Cuando hice el estatuto, copié cinco estatutos de otras asociaciones. Aparte, como yo había sido Vicepresidente del INTA, tuve la oportunidad de conversar y de informarme sobre lo que era la biotecnología. Y es por eso que una de las cosas más novedosas del estatuto fue no sólo permitir, sino fomentar la inseminación y la transferencia embrionaria, y toda otra técnica de mejoramien- to; quedó abierto a todo. Hasta lo que hoy es la clonación. Tal vez fue lo más novedoso de la Aso- ciación y todo eso porque la selección se haría por aptitud. Pero luego, en la primera presidencia de Jorge To- rres Zavaleta, Jorge dijo que la Rural, para llevar los registros genealógicos, le exigía bautizar (de- finir) un tipo de caballo. Yo me negaba, pero tanto insistieron, tomé los dibujos de un caballo de polo de un libro de Zootecnia de Christopherson, y le agregué unas medidas de tipo, que yo había toma- do en la final del abierto de 1972, con la Cátedra de Zootecnia de la facultad de Veterinaria: alzada promedio 1,56, peso entre 400 a 500 kg, etc. Y ese fue el estándar de la raza pedido por la Sociedad Rural Argentina. Pero todo igual fue dirigido a seleccionar por ap- titud. Para eso valoramos las tres condiciones contrapuestas: el caballo tiene que ser sensible y fuerte; tiene que tener nervio, vitalidad y ser se- reno; y correr muy fuerte en distancias cortas, aunque tiene que resistir siete minutos sin parar. Generalmente son condiciones contrapuestas: la “...nos importaba que el caballo juegue al polo y sea bueno. No nos importaba si era alto o petiso, gordo, bayo o tordillo. Nos importaba la aptitud” velocidad y la resistencia, la viveza y la serenidad y la sensibilidad y la fortaleza. MG: Pero ¿vos le das especial importancia a la sensibilidad, no es cierto? APH: Yo, la selección en mi vida la hice por sen- sibilidad. MG: ¿La sensibilidad qué comprende, la boca y algo más? APH: Yo quiero que el caballo sea parte de mi cuerpo. Que yo le transmita; que no pare por do- lor, sino que pare porque vos le transmitís la sen- sación de que hay que parar y pare. Que capte las sensaciones que yo transmito. Tiene que tener la sensibilidad para percibir esas sensaciones. BB: Alberto, una pregunta, ¿en qué momento te das cuenta que un caballo es sensible? APH: Yo personalmente me he dado cuenta en la palenqueada. Así fue como elegí algunos padri- llos. Al Polo Nevadito lo domé yo y al Polo Sol Puro también. Los domé porque vi al palenquearlos que tenían una sensibilidad especial, entonces me ani- mé a domarlos yo personalmente a esos caballos, porque, de entrada me di cuenta que cabrestea- ban y me pisaban los talones y me subí arriba y fue lo mismo. Por eso desde muy nuevos me doy cuenta de la sensibilidad de un caballo, y por su- puesto montado es como mejor lo percibo. 39