tos Harriott para abajo, nos importaba que el ca-
ballo juegue al polo y sea bueno. No nos importa-
ba si era alto o petiso, gordo, bayo o tordillo. Nos
importaba la aptitud.
Por eso cuando me comprometieron a fundar la
AACCP, quise modificar los criterios de selección.
Cuando hice el estatuto, copié cinco estatutos de
otras asociaciones. Aparte, como yo había sido
Vicepresidente del INTA, tuve la oportunidad de
conversar y de informarme sobre lo que era la
biotecnología. Y es por eso que una de las cosas
más novedosas del estatuto fue no sólo permitir,
sino fomentar la inseminación y la transferencia
embrionaria, y toda otra técnica de mejoramien-
to; quedó abierto a todo. Hasta lo que hoy es la
clonación. Tal vez fue lo más novedoso de la Aso-
ciación y todo eso porque la selección se haría por
aptitud.
Pero luego, en la primera presidencia de Jorge To-
rres Zavaleta, Jorge dijo que la Rural, para llevar
los registros genealógicos, le exigía bautizar (de-
finir) un tipo de caballo. Yo me negaba, pero tanto
insistieron, tomé los dibujos de un caballo de polo
de un libro de Zootecnia de Christopherson, y le
agregué unas medidas de tipo, que yo había toma-
do en la final del abierto de 1972, con la Cátedra
de Zootecnia de la facultad de Veterinaria: alzada
promedio 1,56, peso entre 400 a 500 kg, etc. Y ese
fue el estándar de la raza pedido por la Sociedad
Rural Argentina.
Pero todo igual fue dirigido a seleccionar por ap-
titud. Para eso valoramos las tres condiciones
contrapuestas: el caballo tiene que ser sensible y
fuerte; tiene que tener nervio, vitalidad y ser se-
reno; y correr muy fuerte en distancias cortas,
aunque tiene que resistir siete minutos sin parar.
Generalmente son condiciones contrapuestas: la
“...nos importaba que el caballo
juegue al polo y sea bueno.
No nos importaba si era alto
o petiso, gordo, bayo o tordillo.
Nos importaba la aptitud”
velocidad y la resistencia, la viveza y la serenidad
y la sensibilidad y la fortaleza.
MG: Pero ¿vos le das especial importancia a la
sensibilidad, no es cierto?
APH: Yo, la selección en mi vida la hice por sen-
sibilidad.
MG: ¿La sensibilidad qué comprende, la boca y
algo más?
APH: Yo quiero que el caballo sea parte de mi
cuerpo. Que yo le transmita; que no pare por do-
lor, sino que pare porque vos le transmitís la sen-
sación de que hay que parar y pare. Que capte las
sensaciones que yo transmito. Tiene que tener la
sensibilidad para percibir esas sensaciones.
BB: Alberto, una pregunta, ¿en qué momento te
das cuenta que un caballo es sensible?
APH: Yo personalmente me he dado cuenta en la
palenqueada. Así fue como elegí algunos padri-
llos. Al Polo Nevadito lo domé yo y al Polo Sol Puro
también. Los domé porque vi al palenquearlos que
tenían una sensibilidad especial, entonces me ani-
mé a domarlos yo personalmente a esos caballos,
porque, de entrada me di cuenta que cabrestea-
ban y me pisaban los talones y me subí arriba y
fue lo mismo. Por eso desde muy nuevos me doy
cuenta de la sensibilidad de un caballo, y por su-
puesto montado es como mejor lo percibo.
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