mismo y ver en el diálogo el
camino más razonable del
alto rendimiento y de la plenitud
en cualquiera de las actividades
que tengamos. Ese es el diá-
logo que te ayuda a abordar
los conflictos con la certeza
de que juntos van a encontrar
mejores soluciones.
En el golf tendrás que aceptar
los momentos buenos y malos,
entender la lógica de los ciclos,
esperarlos con aceptación y
no estar tan descolocado o an-
sioso como cuando las cosas
dejaron de salir como las ha-
bías imaginado.
Si hablamos de malos mo-
mentos, vas a ver que en
el golf todo es más intenso
donde se hace patente que
el que se enoja, pierde. El
enojo seguramente te hará
compañía muchas veces, y
no hay que rechazarlo porque
en realidad es el mejor indi-
cador de que estás perdiendo
esa idea de la responsabi-
lidad en la que se basa tu
protagonismo. Claro que es
mejor que el enojo no esté,
pero si está, tranquilo, algo
te está queriendo decir, algo
hay para mejorar.
Entender tus emociones - po-
sitivas o negativas - no solo
te va a ayudar a reducir la
tensión, sino también a saber
si eso afecta tu modo de pen-
sar y tu capacidad de tomar
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P A G I N A
Anuario CEPIP 2019
decisiones. La tensión afecta
todos tus músculos y ner-
vios -los que necesitas para
pegarle a la pelota- Si estás
nervioso, tenso o enojado,
toda tu lógica muscular cambia,
y la técnica que pensabas
usar en la práctica o estando
relajado, va a ser otra total-
mente distinta porque los
músculos son otros.
En el caso que tengas que
decidir entre intensidad y
consistencia, elegí siempre el
segundo, es lo que le da es-
tabilidad y sustentabilidad a
tu juego y es la condición de
posibilidad de tu evolución.
Te permitirá dejar todo en la
jugada y al mismo tiempo
mantenerte relajado.
Por este motivo, que man-
tengas un buen balance entre
la realidad y tus expectativas
juega un papel fundamental.
Las expectativas sin fin te
van a llevar a no poder adap-
tarte cuando la realidad entra
en acción. Esas expectativas
cuando no se aterrizan aspi-
ran a todo y te desesperan de-
jándote casi nada. Por eso,
sé realista y definí tus expec-
tativas de cantidad de golf.
De esta manera, seguro vas
a poder mantenerte mejor en
tu eje.
¿Pero qué? El eje mental, el
de la actitud, el de estado de
ánimo, el de la estrategia de
mediano-largo plazo, dife-
rente del eje del resultado;
del score, que es aleatorio y
está afuera de nuestra zona
de control -ahí si intervienen
variables que nos exceden-.
El eje mental, en cambio, si lo
tenés controlado, es el terreno
del intento que podes imagi-
nar. Cada vez que juegues,
vas a jugar más motivado por-
que tenés una ilusión, tenés
en el fondo de tu ser la espe-
ranza de que esta vez estás
jugando un poco mejor y esta
expectativa de evolución,
de superarte jugada tras juga-
da, es la que hace que este
deporte -en realidad todos-,
sea tan motivador y excitante.
La motivación está basada
en esa idea de que nos pode-
mos superar.
¿Acaso no pasa lo mismo en
nuestras empresas? ¿La po-
dés vivir como un juego de
superación?
Es clave también tener el foco
en el objetivo, soportado por
datos numéricos y estadísti-
cas, para poder sumar nivel
y control a tu rendimiento. En
el golf se anota todo en una
tarjeta, todo va a un número,
todo lleva un registro, y eso
no es casualidad: la lógica de
los números define el rendi-
miento. Si en el golf y en tu
empresa te guiás más por
sensaciones,
emociones,