Anuario Northfield 2012 - N° 2 | Page 7

INICIAL EnseñARTE i revisamos la historia del Nivel Inicial, veremos cómo distintas actividades y tendencias alternativamente han sido las estrellas de las prácticas docentes y cómo, con el correr del tiempo, comenzaron a brillar por su ausencia. Palotes y grafismos, sí; palotes y grafismos, no. Seriación y clasificación, sí; seriación y clasificación, no. Sin embargo, hay una práctica que resistió el paso del tiempo, los vaivenes históricos y las tendencias de moda. Hay una estrella que no perdió protagonismo, sino que fue conformando diferentes constelaciones según los lineamientos curriculares y las modalidades institucionales: las actividades de arte actualmente entendidas como actividades de educación visual. Nadie puede negar lo importante y placentero que resulta para los niños dibujar, pintar, hacer “collage”, construir y modelar. Pero plantear este tipo de actividades en el Nivel Inicial excede el ámbito de la expresión espontánea. Pensar las propuestas de arte visual que se le van a ofrecer a los alumnos del Jardín Northfield implica pensar que el arte visual posee un lenguaje específico que puede ser enseñado y aprendido desde una edad temprana. ¿Pero es posible pensar esta disciplina dentro de un proceso de enseñanza aprendizaje sin condicionar y volver rígida la expresión de los niños? Es posible porque se asume el compromiso de ampliar la perspectiva estética de los niños, acercándolos a diversas manifestaciones artísticas. Absolutamente posible porque se ofrecen variadas experiencias de exploración de herramientas, materiales y soportes cuyas posibilidades pueden conocer los niños. Absolutamente posible porque conocer elementos del lenguaje plástico (colores, formas, líneas, texturas) permite a los niños combinarlos de manera personal, ampliando sus posibilidades expresivas y logrando que cada una de sus producciones sea percibida como la huella de su mundo interior. Absolutamente posible porque se procura que puedan apreciar obras de arte, ofreciendo la posibilidad de aprender a mirar, desarrollar una mirada crítica y expresar las sensaciones que cada obra genera dentro de un marco de respeto. Y si bien da seguridad caminar por los senderos de lo posible, se debe reconocer que sería absolutamente imposible pensar este proceso sin los docentes y los alumnos como protagonistas. Así como también sería absolutamente imposible observar las carpetas de trabajos de los chicos sin reconocer que son el fruto de un proceso más amplio, tan amplio que no solo se restringe a lo que se observa. S 7 Brenda Williams Directora Nivel Inicial