Romeo César – Antígona y el retorno de la Esfinge
2. aquel que no mata al monstruo hembra en sangriento combate tiene por destino desposar a su propia madre 12.
Resolver un enigma, dar con su explicación intelectual, no es una prueba completa, acabada, perfecta, que otorgue la plena capacidad, aceptada por los dioses, de casarse con la princesa u obtener el trono( el título de la tragedia de Sófocles es en griego Edipo el Tirano, no Edipo Rey como solemos titularla.“ Tirano” es aquel que accede al poder máximo de la ciudad sin completa o verdadera legitimidad).
Comenta Goux( p. 33):
Hay que combatir con costo de sangre en una lucha en la que toda la energía del ser está puesta en juego. Hay que decapitar
una distracción del incesto, pero con un alcance y una significación muy diferente a la prohibición, pues la idea de prohibición sugiera una obediencia que va contra el deseo. Pero el joven héroe, en lugar de escapar a este requerimiento que lo conduce a la probable muerte, lo acepta como desafío. Pues el honor de ser un hombre( vir, anér) es más fuerte que él. Llegar a ser un“ hombre” por medio de asumir el riesgo de la prueba es el deseo íntimo y poderoso […] De este modo en el monomito la autoridad de tipo paterno( el mandato real) no se opone al deseo radical del sujeto masculino sino que permite su realización […]‘ Buscar la prueba’, arriesgarse audazmente( y esto está en juego en la arrogancia de Perseo o de Belerofonte), resulta más constitutivo [ del mito regular ] que la prohibición; justamente en la acción de buscar la prueba, por desafío, el joven héroe encontrará la muerte iniciática( la‘ castración’ simbólica, si se la entiende así) que le permitirá renacer, animado de un deseo nuevo, no incestuoso, pues tiene a‘ la novia’ como objeto”. Y en la página siguiente concluye:“ El mito de Edipo no es un mito de prohibición paterna sino un mito de ausencia del rey que impone la prueba”. Goux está convencido de que mientras Freud hace del padre el agente de la amenaza de castración, Lacan en cambio comenzó a sospechar que esta castración paterna( de rostro humano) dispensa de una castración más radical en la que está en juego la verdad profunda del deseo masculino: el encuentro angustioso, frente a frente, con la Cosa, la Chose, Das Ding. En la Esfinge no hay lugar para ninguna ley paterna. Cf. p. 44-45.
12 El monomito regular se habría inscrito en contextos de matricidio ritual.
11