ANDREA VICTORIA CANO
Claro que todo esto lleva un grado implícito de orgullo, de soberbia en
todos los escalafones y estamentos. Hace falta un grado inmenso de
humildad para reconocerlo, reconocerlo honestamente, no es preciso
humillarse ni denigrarse, ya que todos en su momento actuaron de
buena fe, tanto los unos como los otros fueron engañados
miserablemente: "Todo era en bien de la patria", siempre el mismo
lema en todo el mundo, el mismo verso, la misma destrucción.
Claro que había que reconocer primero una orden que fue dada en
buena ley y ejecutada con toda honestidad a sabiendas que es en bien
de la patria para preservar el orden, la unidad y la paz, para luego tener
que reconocer que fueron estafados, sus fueros más íntimos, es
degradante y más aún cuando se ha actuado regidos por el código
militar, es allí precisamente cuando comienza a flaquear su credibilidad
¿Entonces hubo otros que traicionaron todas nuestras creencias, nuestra
credulidad, y nos arrastraron a abismos ignorados?. Comencemos por
decir que les "toman la cabeza" y los llevan a hacer actos aberrantes, o
sea que llevan a la persona a la destrucción total, de allí que la mayoría
en todo proceso y lugar clame por inocencia, si hasta el acusado se
espanta, niega haber hecho semejante aberración.
Se aclara que esto no favorece ni justifica a nadie, pero desde el mismo
momento en que se planea una acción bélica o guerrera, se estipula en
el plan toda clase de ignominias, de aberraciones, que nadie bien nacido
puede justificar.
Si queremos profundizar y sacar conclusiones de cómo y por qué,
primero tendríamos que aceptarlo aunque nos cueste. El tema no es
que nadie o que otros no lo sepan, el tema es que se hacen estas
evaluaciones: ¿Es conveniente informar, vale la pena justificarse,
después de haber sido engañados, vejados inmoralmente ante el
pueblo? No haber puesto freno y "coto" a la rebelión y dejar que se
cometan abusos, desmanes incalificables, desprestigiando a las Fuerzas
Armadas, como únicas responsables del desborde ¿Entonces era un
barco sin timón, a la deriva? Que cada quien hacia lo que le daba la
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