Antropología Cultural y Social Antropología_Cultural_y_Social | Page 93

como correctamente apunta Durham (*19) . (A propósito, resulta más o menos evidente que la naturalización del rol de madre para la mujer —y que desarrollamos en más detalle antes— está íntimamente relacionada con lo que Durham señala: el hecho de que la naturalización de la familia responde a sus funciones institucionales de reglamentación social de lo biológico, en particular en lo que hace a sexo y reproducción.) Así las cosas, resulta extremadamente interesante reflexionar sobre las variaciones que, en culturas distintas, tiene este “sujeto” social que usualmente damos por sentado y que rara vez cuestionamos. Se trata de “[percibir a la familia] como creación humana, mutante” (*20) . De desfamiliarizar la familia, digamos. Basta para ello revisar ejemplos concretos como el reseñado por Durham sobre la cultura de las Islas Trobriand estudiada por Malinowski, y de la que contamos con una enorme riqueza de información (*21) . Viendo las variaciones potenciales existentes en la configuración y en el arreglo a grupos humanos en una sociedad tal como la trobriandesa, concordamos con la autora que […] las posibilidades de combinación tan diversas de los principios de parentesco, casamiento y organización del grupo doméstico permiten nítidamente percibir hasta qué punto una realidad como la nuestra constituye no una solución natural, sino un arreglo específico de principios estructurales diversos, y que no puede ser generalizado como tipo. (*22) Otros ejemplos claros y puntuales al respecto los proveen algunos de los textos sobre diversas prácticas culturales de diversas etnias que encontramos en nuestra “Guía”, como comentábamos al inicio de este breve ensayo, en particular el que respecta a la etnia Baoulé en el que vemos un claro ejemplo de adopción del rol parental por parte de un varón que no es el padre biológico del niño (*23) . Esta práctica cultural se nos hace en extremo llamativa, considerando la importancia relativa que en nuestras sociedades capitalistas occidentales se le asigna al capital simbólico hereditario, y teniendo en cuenta el consecuente peso que el acto de nominación (aquí, la transmisión del nombre propio del padre a su(s) hijx(s)) suele tener histórica y tradicionalmente.