Antologia de cuentos Antología | Page 24

Cuentos de Edgar Allan Poe
acabarán saltándosele de las órbitas, y el extraño color de su rostro, que se ha convertido en algo indescriptible a causa de la cantidad de vino que ha bebido. Sigámoslo al hipódromo, al cual se encamina ahora, y escuchemos el canto de triunfo que él mismo entona el primero:
¿ Quién es rey, sino Epifanes? ¡ Decidlo! ¿ Lo sabéis? ¿ Quién es rey, sino Epifanes? ¡ Bravo! ¡ Bravo! ¡ No hay nadie fuera de Epifanes, No, no hay nadie! ¡ Derribad entonces los templos Y apagad el sol!
- ¡ Muy bien, magníficamente cantado! El populacho lo está saludando como « Príncipe de los Poetas », « Gloria del Oriente », « Delicia del Universo » y « El más asombroso de los Camaleopardos ». Le han pedido un bis …¿ oye usted? ¡ Lo está cantando de nuevo! Cuando llegue al hipódromo recibirá la corona de la poesía, como anticipación de su victoria en las próximas olimpíadas.
- ¡ Por Júpiter! ¿ Qué ocurre entre la multitud, que viene detrás de nosotros?
- ¿ Detrás, dice usted? ¡ Ah, oh … ya veo! Querido amigo, ha hablado usted a tiempo. ¡ Refugiémonos lo antes posible en algún lugar seguro! ¡ Ahí, en ese arco del acueducto! Le diré inmediatamente la causa de la conmoción. Ha ocurrido lo que yo estaba previendo. La singular apariencia del Camaleopardo con cabeza humana parece haber ofendido el sentido de la dignidad que, en general, poseen los animales feroces domesticados en esta ciudad. Como consecuencia se ha producido un motín. Y como es usual en tales ocasiones, ningún esfuerzo humano será capaz de contener a la muchedumbre. Muchos sirios han sido ya devorados, pero la consigna general de estos patriotas de cuatro patas parece ser la de comerse al Camaleopardo. Razón por la cual el « Príncipe de los Poetas » corre en estos momentos sobre sus dos piernas para salvar la vida. Los cortesanos lo han dejado en la encrucijada, y sus concubinas han seguido tan excelente ejemplo. ¡« Delicia del Universo », en qué lío te has metido! ¡« Gloria del Oriente », qué peligro de masticación corres! No mires, no, tu cola con tanta lástima; tendrá que arrastrar por el fango, no hay remedio. No mires hacia atrás, para asistir a
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