Anteproyectos FIN-11-2017-2 FI_U5_EA_JEMR_anteproyectodeinvestigacion | 页面 13

Jessica, Madrigal, Rubio Factores precipitantes o desencadenantes. Los factores precipitantes representan una amenaza para el autocontrol, la autoestima o el equilibrio: – El inicio de una dieta restrictiva es el principal factor desencadenante. – Los cambios corporales propios de la pubertad y la adolescencia, en especial el rápido incremento de peso o las críticas recibidas respecto a la imagen física. – Acontecimientos vitales importantes, como un traumatismo que haya desfigurado el aspecto físico, rupturas conyugales de los padres, fallecimiento de alguno de ellos, etc. Factores perpetuadores. Junto con los factores individuales no resueltos y, naturalmente, con la presión sociocultural existente, el principal factor perpetuante lo constituye la presencia de alteraciones psicopatológicas (consecuencia de la desnutrición continuada). También favorece la perpetuidad el hecho de que la propia enfermedad sirva para mantener un aparente equilibrio familiar. • Factores biológicos. Si bien aún no está claro qué genes están involucrados, podría haber cambios genéticos que hacen que algunas personas sean más propensas a presentar anorexia. Algunas personas pueden tener una tendencia genética al perfeccionismo, sensibilidad y perseverancia: características vinculadas a la anorexia. • Factores psicológicos. Algunas características emocionales pueden contribuir a la anorexia. Las mujeres jóvenes pueden tener rasgos de personalidad obsesiva compulsiva que les facilitan seguir dietas estrictas y privarse de comer aunque tengan hambre. Es posible que tengan una tendencia extrema al perfeccionismo, lo que hace que piensen que nunca están lo suficientemente delgados. Pueden tener niveles altos de ansiedad y restringir su alimentación para reducirla. • Factores del entorno. La cultura occidental moderna resalta la delgadez. El éxito y la valoración suelen estar equiparados con la delgadez. La presión de los pares puede ayudar a fomentar el deseo de estar delgado, especialmente en las mujeres jóvenes.