Aidee Areli Flores Moreno
Génua(2001) explica que “las personas mayores son más susceptibles que los
adultos jóvenes a los trastornos nutricionales por la combinación de factores como
los cambios fisiológicos que modifican los requerimientos nutritivos, la coexistencia
de enfermedades físicas y/o mentales que pueden incrementar o disminuir los
requerimientos nutricionales así como su capacidad para la obtención de alimentos.
Vargas(2007) en su estudio en grupos de la tercera edad encontró que existe una
deficiencia persistente en el consumo de frutas y verduras, por lo cual persiste una
ingesta de vitaminas y minerales menor a la recomendación en Adultos Mayores.
Así también en investigaciones se ha encontrado que las personas que padecen
depresión tienen un consumo menor de nutrientes que contienen vitamina C,
vitamina A, ácido fólico y fibra. Otro dato importante es que se ha encontrado que
las personas con alto consumo de frutas y vegetales obtienen mayor puntuación en
los test cognitivos, presentan menos síntomas depresivos, y disminuyen el riesgo
de padecer depresión.
Por lo que se considera importante conocer, indagar y analizar la influencia que
puede tener la alimentación en los Adultos Mayores de la Casa de la Tercera edad
que padecen depresión, y poder desarrollar sugerencias que les ayuden a aminorar
esos síntomas y tener una mejor calidad de vida.
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