Anestesiologia REVISTA Cortez Gordillo Sheyla 1A1 (1) | Page 7

ANESTESIA LOCAL – REGIONAL A lado de los progresos de anestesia general lo acompaña la local, estos métodos se desarrollaron a fines del siglo XlX y principios del XX. Han progresado haciendo de los agentes anestésicos loca- les más seguros y de mayor duración, además de acción más regulable. La cocaína extraída de la hoja de coca fue el primer anesico local efectivo, por su propiedad de in- sensibilizar membranas mucosas y otros tejidos. Esta sustancia se comenzó a estudiar por Sigmund Freud en 1884 quien observo que la cocaína entumecía la lengua y las mejillas. Primero lo experimentaron en animales, tiempo después lo aplicaron a sus corneas y para su asombro sus ojos perdieron sensibilidad. Koller probó el experimento en otros colegas y en pacientes, y comprobó que funcionaba. Había descubierto un anestésico local que servía para dos cosas: era un calmante del dolor, para perso- nas con afecciones en los ojos, y un anestésico para la cirugía ocular, con lo cual llegó a destacar- se en ese campo en Viena. La anestesia loco – regional puede dividirse en losal infiltrativa, que bloquea terminaciones nervio- sas periféricas; el bloqueo nervioso, que insensibiliza el territorio de uno o más nervios antiguos y el bloqueo raquídeo que puede ser intra o extradural. Esta técnica se fue perfeccionando con la utilización de nuevos anestésicos locales que se descu- brían y la observación de que con la modificación de la baricidad de la solución anestésica, así co- mo el agregado de vasoconstrictores, se podía determinar la altura y la duración de la anestesia. Esta técnica fue utilizada sobre todo en cirugía ginecológica, urinaria y pelviana. En Uruguay, en 1954, ocurrió un brote de poliomielitis en San José, que se extendió a la capital, provocando graves parálisis respiratorias, y una gran mortalidad infantil. En ese entonces no había mayor experiencia en su tratamiento ade cuado; los antiguos pulmones de acero, complejos y engo- rrosos para su uso, no eran muy adecuados. Posteriormente pudieron ser sustituidos, con gran ventaja, por la ventilación artificial, manual primero, y mecánica después. Finalmente se pudo dis- poner aquí de unos ventiladores automáticos, pequeños y portátiles, que permitían realizar una ventilación controlada en cualquier lugar donde hubiera un cilindro de oxígeno con un manómetro reductor. Estos mini ventiladores eran fabricados en Brasil, por un anestesiólogo de San Pablo, el Dr. Kentaro Takaoka. Fernández. O. (2005). script=sci_arttext&pid=S1688- 12732009000100002 Scielo. Uruguay. http://www.scielo.edu.uy/scielo.php? 7