Todo esto lo fui comprobando durante los varios años que tuve ocasión de colaborar en el despliegue de aquella actividad , que al final siempre resultaba exitosa y provechosa bajo todos los puntos de vista . Pero el papel de Emma no quedaba solo en la elaboración y diseño de aquel curioso juego de lectura de primavera . Nuestra compañera participaba e intervenía en todo lo que fuera preciso y en ello ponía el mayor empeño ; desde el control y registro de resultados , pasando por la organización de los escenarios , o simplemente dando ánimos entusiastas a todos los participantes . Incluso hubo años en que el buen humor de Emma la llevaba a disfrazarse e integrarse plena y “ profesionalmente ” en el ambiente de la novela leída .
Cuesta creer que todos estos recuerdos queden ya para la historia de nuestro Centro y que tengamos que hacernos a la triste idea de que Emma ya no está entre nosotros . Lo inesperado de su muerte nos deja desolados y consternados , pues se nos ha ido una persona afectuosa y cordial , aparte de una profesional intachable . Pero consuela pensar que nuestra compañera y amiga haya dejado un rastro tan visible de simpatía y afecto por todos los rincones de este viejo caserón de la calle Enrique Gran .
Estoy seguro de que esa misma huella pervive en el corazón de todas las personas que hemos tenido ocasión de compartir , aprender y disfrutar con su presencia y afecto .
¡ Va por ti , Emma ! ¡ Hasta siempre ! Julio Díaz
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