AMORES SERRANOS nov. 2013 | Page 24

Cuéntame; quiero escuchar de ti amada De tu voz dulce, suave, fuerte, Dime que fue Dios quien sostuvo tu mano desde la nada. Cuando muchas veces te deje de pie abandonada, sin pan de cada día, con el tumulto de acciones a tu espalda, Con frecuencia desolada. Cuéntame; dime que fue Dios quien te hizo encontrarme.