AMORES EFÍMEROS.
Nos encontramos en la sierra,
Y de manera heroica, la cruzamos en el mismo día,
Tomados de la mano.
Recorrimos el parque, la gruta, miravalle,
La laguna, la cascada, el cenote y demás,
Parecíamos eternos.
Y fue así que la noche nos atrapó,
Inesperadamente,
Con su encanto, con su frío,
Con su majestuoso silencio.
Y nos abrazó la montaña,
Y decidimos dormir juntos,
Al natural, a la intemperie,
A lo imprescindible.
Y corrimos la noche,
En brazos de Morfeo,
En tus brazos y los míos,
Y la noche nos cegó, con su obscuridad.
El roció matinal de la montaña,
Mojó mi rostro, me desperté,
Recostado entre la hierba,
Abrazado a las raíces de un espino.
Te busqué, no te encontré,
Noté que habías desaparecido con la noche,
Jamás nos habíamos visto,
Y jamás te volveré a ver,
Así es esto de los amores efímeros.