Amigas | Page 16

1 El gemir de la tierra, por causa de la desobediencia del hombre Cuando Dios hizo la creación todo lo hizo bueno. «Dios vio todo lo que había hecho, y vio que todo había quedado muy, pero muy bien». G en . 1:31 (PDT) Pero cuando Adán y Eva se desviaron de lo que Dios les había ordenado, el quiebre de tal armonía fue parte de las consecuencias que ellos tuvieron que enfrentar por causa de la desobediencia, y en el siguiente pasaje se establece la sentencia: «Ahora por tu culpa la tierra estará bajo maldición, pues le hiciste caso a tu esposa y comiste del árbol del que te prohibí comer» . G en . 3:17 (TLA) 2 Las consecuencias que vienen por causa de nuestra propia desobediencia Dios siempre está dispuesto a perdonar hasta los pecados más horrendos que el ser humano pueda llegar a cometer, siempre que reconozcamos el error y decidamos apartarnos del mal que hayamos hecho. Tal como lo establece su Palabra en los pasajes siguientes: «No le irá bien al que oculta sus pecados, pero el que los confiesa y se aparta será perdonado». P rov . 28:13 (PDT) «¡Vengan y aclaremos las cuentas! —dice el Señor—, por profunda que sea la mancha de sus pecados, yo puedo quitarla y dejarlos tan limpios como la nieve recién caída». I sa . 1:18 (NBV) Por causa de esto, la naturaleza ya no tiene un orden perfecto y a pesar de que hay mucho bien en ella, también suceden muchos desastres. Pero los creyentes saben que en medio del dolor ven a Dios como prioridad: «En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y Él me escucho» . S al . 18:6 (DHH) 3 Su decisión de hacer que le conozcamos de forma diferente Otra de las causas por las que el Señor, en ocasiones permite que pasemos por situaciones de dolor, es porque quiere revelarse a nosotros de forma diferente. Tenemos miles de testimonios de gente que paso por una adversidad en la vida, situaciones de dolor y quebranto, pero una vez que el día de aflicción paso han salido conociendo al Señor de una manera más profunda. El patriarca Job experimentó el dolor como ningún otro en la Biblia, al final pudo decir: «De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven» . J ob 42:5. Dios tiene un propósito supremo con cada cosa por la que nos permite pasar, el cual sencillamente sobrepasa por mucho nuestra capacidad de entendimiento, y el que quizás solo podremos entender una vez lleguemos a la eternidad. «Porque mis pensamientos y mis acciones están muy por encima de lo que ustedes piensan y hacen – dice el Señor». I sa . 55:8 b (TLA) T e R ecomendamos L eer : R econstruye con los P edazos de Y esenia T hen • Editorial Peniel • 15