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as mujeres que tenemos empleos fuera de casa, regularmente debemos
abrirnos paso entre los sistemas patriarcales modernos. Muchas veces
recibimos reacciones negativas de parte de nuestros padres y comunidad, que
no comprenden nuestro deseo de trabajar, mientras que las mujeres que se quedan en
casa nos critican por no estar con nuestros hijos. Estoy segura de que las mamás que se
quedan en casa se sienten igualmente criticadas por las mujeres que trabajan debido
a que no se identifican con sus decisiones; Es como si todas fuéramos niñas en el patio
de recreo diciendo lo que otros quieren oír, y tratando de ocultar todas las partes que
los demás tal vez no entienden. Esto me hace pensar en cuántas mujeres andan por ahí
viviendo solo la mitad de su personalidad, y al hacerlo se están negando la posibilidad
de ser todo lo que su Creador tenía en mente cuando las creó.
¿De verdad piensas que Dios te creó {así de única y maravillosa} esperando que negaras
quién eres realmente solo porque otros podrían sentirse mal? ¡No puedo creer que sea cierto!
Mientras más lo pienso, más convencida estoy de que Dios me creó así. Él sabía que
tendría un corazón de trabajadora, y sabía que desearía hacer realidad grandes sueños.
De igual manera, él también sabía que el propósito de algunas de sus hijas sería quedarse
en casa y criar a sus hermosos bebés, mientras que otras no desearían tener hijos.
¿Has pasado toda tu vida silenciándote por miedo a lo que otros puedan pensar?
¿Eres una empresaria que le llama a su negocio un pasatiempo porque te preocupa lo
que tu suegra pueda decir o porque es más seguro mantener bajas las expectativas de
los demás? ¿Estás dudando si regresar o no a la escuela porque piensas que no eres lo
suficientemente inteligente?
Existen cientos de maneras de perderte, pero la más fácil de todas ellas es negarte a
reconocer quién eres realmente.
Tú {la tú verdadera} no es un accidente.
¡Amiga, lávate esa cara!
T e R ecomendamos L eer :
A miga lávate esa cara • Editorial Vida•
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