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MILDRED NOEMÍ CÓRDOVA BUENFIL La denominación de origen de la miel de Yucatán como impulsor del desarrollo regional agropecuarias, demandan el uso de superficies de suelo cada vez más grandes, provocando la pérdida de biodiversidad de la vegetación natural. Así mismo, las nuevas actividades alteran las características del suelo por la compactación de éste, ocasionada por el ganado bovino y la presencia de herbicidas e insecticidas en los cultivos agrícolas; todo lo anterior, minimiza cada día la disponibilidad de recursos alimenticios para las abejas y de terrenos para ubicar los apiarios, ejerciendo un fuerte impacto sobre la actividad apícola. Según Crane (1975), la productividad de un área puede ser aprovechada por el ser humano en su totalidad, si la densidad de las colonias de abejas es adecuada; dependiendo del acceso, disposición y habilidad de los apicultores para manejar a las abejas en un área y la inversión económica necesaria. Los campesinos Mayas de la Península de Yucatán, han aprovechado los recursos naturales de su entorno a través del sistema agroforestal de la milpa, el cual ha sido y continúa siendo eje de su subsistencia. Por lo cual Rasmussen y Terán (1992) consideran que la milpa es un sistema agrícola de policultivo que involucra no sólo la siembra del maíz sino de otras especies y variedades como: calabaza, frijol y chile e integran una serie de actividades complementarias agrícolas, forestales y extractivas, en las que incluye la ganadería y la apicultura. La cría de las abejas ha sido una de las actividades tradicionales de los campesinos para hacer uso de la biodiversidad de diferentes ecosistemas y obtener diversos productos de las abejas como: miel, cera y polen, para autoconsumo, intercambio y venta; además, la apicultura ha sido una actividad que aporta recursos económicos a la familia campesina (Villanueva y Colli-Ucán, 1996; Echazarreta, Quezada-Euán, Medina y Pasteur, 1997a). La producción apícola se ha transformado a través de los últimos años, con el aprovechamiento integral de los productos de la colmena como son: jalea real, polen, propóleos, cera y el veneno de la abeja; los cuales están siendo estudiados en relación a sus propiedades nutricionales y terapéuticas que son una gran oportunidad para la comercialización, entre ellos destacan dos categorías: los cosméticos y de salud. Sin embargo, la producción de estos subproductos son escasos, apenas se registró una producción de jalea real de 700 kg y de 390 kg de propóleo y de producción de veneno no se tienen registros (Cajero, 2001). La miel que se recolecta en la Península de Yucatán proviene de 40 especies distintas (Villanueva, 2001). El color de la miel varía de acuerdo a la especie nectarífera de la cual proviene y de su madurez; sus principales especies son las de: Tahonal, chechem, dzidzilché, chaká, kaan-chunub, 57