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MALIN JÖNSSON
El dominio de las agroindustrias transnacionales sobre los campesinos de maíz mexicanos
que sería mejor importar granos básicos baratos que producirlos dentro del
país a un precio más elevado, y además realizó los primeros pasos hacia la
liberalización del comercio internacional mediante la entrada al Acuerdo
General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en
inglés, desde 1995 llamado OMC). De acuerdo con el modelo neoliberal, lo
más importante para la creación de crecimiento económico es disminuir el
papel del Estado en la economía a través de la privatización y la eliminación
de subsidios, así como facilitar el “libre” comercio, la protección de derechos
de la propiedad privada, etc. Esto ha traído cambios fundamentales para el
sistema alimentario mexicano, en particular para la producción agrícola.
Durante los últimos cuarenta años, se ha llevado a cabo una industrialización
parcial de este sector y se lo ha abierto a la penetración del capital en todos
los niveles: producción, distribución y venta.
En este contexto, la dependencia alimentaria que se ha generado existe
en dos niveles, a saber: primero, en la importación de granos básicos (en 2013
México importó 26% del maíz, 11% del frijol, 59% del trigo y 94% del arroz
de lo que se consumía 2 ), de los cuales la mayor parte viene de agroindustrias
transnacionales de Estados Unidos y es controlada por ellas, pues más del 80%
del comercio mexicano agrícola se lleva a cabo con este país. Mientras que
en Estados Unidos se aumentan los apoyos a la producción agrícola (Wise,
2008: 168), en México se han disminuido los subsidios dirigidos hacia la
producción campesina de alimentos básicos, lo que trae como consecuencia
la profundización del intercambio comercial desigual entre ambos países.
Segundo, en la importación de insumos agrícolas para producir alimentos,
posible por la liberalización del mercado nacional de insumos agrícolas y
facilitada por el TLCAN, que eliminó las aduanas que protegían la producción
nacional (desde 2008, oficialmente, ya se puede importar maíz y frijol desde
Estados Unidos sin ningún límite). En paralelo con la privatización de
Fertilizantes Mexicanos (Fertimex, 1994), la importación de fertilizantes ha
aumentado 14 veces, de 136.2 miles de toneladas en 1990 a 1,918.2 miles
de toneladas en 2010 (INEGI). Se calcula que en más de la mitad de las
tierras que se siembran en México se utilizan fertilizantes y agroquímicos
(SAGARPA, 2012). Esto se vuelve un problema cuando los precios de los
fertilizantes aumentan drásticamente, como ha sucedido en los últimos años,
lo cual muestra el Figura II.
Elaboración propia a partir de cifras de importación y consumo de la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
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