TOMÁS ORTEGA ORTEGA • VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA . Género , gobernanza y recursos forestales no maderables .
51 muy pequeñas . Para cantidades mayores se distingue entre tres usos : venta en plazas ; venta ocasional , por demanda específica ; fiestas comunitarias . A nivel de discurso , las viudas son las únicas personas autorizadas a vivir del poleo , porque se asume que no tienen marido que vea por ellas , y sí una familia que mantener . Esta visión es patriarcal porque niega al resto de las mujeres la posibilidad de generar sus propios ingresos mediante el aprovechamiento sustentable del poleo . Tanto las viudas como las casadas están en un terreno muy ambiguo . Las primeras son usuarias autorizadas pero no participan en la toma de decisiones ; las segundas no tienen derechos de venta ni tampoco poder de decisión colectivo , a pesar de ser tan usuarias de la planta como las primeras .
Tercero , la exclusión de las mujeres de la toma de decisiones se ha traducido en una falta de consenso expresada en el acceso indirecto de las mujeres a la información comparado con los hombres ; en el mayor desacuerdo de las mujeres sobre temas de asamblea ; y en la diferencia entre el discurso y la práctica en la supuesta prioridad de las viudas , que en realidad muy poca gente conoce . No es un problema de qué conocimiento se utiliza para tomar decisiones — las mujeres simplemente se han quedado fuera del proceso mismo . Sin embargo , un buen número de hombres ( 26 de 40 ) tampoco aprueba los acuerdos que norman el aprovechamiento del poleo , lo cual refleja la exclusión de aquellos que no entran dentro del estatus de comunero .
Cuarto , todo esto tiene un impacto negativo en la eficacia de gobernanza del poleo . Las actividades de extracción por parte de los hombres involucran cantidades considerables y están en sintonía con las normas establecidas en asamblea porque les permiten satisfacer sus necesidades de poleo para la renovación de autoridades . Por el contrario , los usos que las mujeres le dan al poleo son más diversos ( nutricional , medicinal , comercial ) y practicados a lo largo del año por todo tipo de mujeres ( casadas , viudas o solteras ). Estos usos no han sido mirados con atención en las decisiones relacionadas con la gobernanza forestal , porque las mujeres tienen derechos operacionales pero no de decisión colectiva . En otras palabras , ellas no participan en la toma de decisiones sobre el manejo de una planta que tiene un valor considerable en sus vidas .
Esta situación representa una amenaza para la gobernanza forestal porque las actividades que realizan las mujeres son más variadas que las de los hombres y no están siendo tomadas en cuenta para garantizar la permanencia del recurso y la sustentabilidad en su manejo . La mitad de las mujeres encuestadas cosechan poleo y una cuarta parte de los hogares lo venden . Sin embargo , estas