AMER Mexico Rural Tomo II AMER Mexico Rural Tomo II | Page 56

TOMÁS ORTEGA ORTEGA • VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA . Género , gobernanza y recursos forestales no maderables .
49 esto les permite darse el lujo de utilizar una planta muy popular en todos los valles centrales de Oaxaca para renovar su poder .
De las 40 mujeres encuestadas , 47.50 % ( 19 de 40 ) cosechan poleo . El uso más importante entre ellas es el nutricional ( 47.4 % - 19 de 40 ) seguido por el ritual ( 12 ) y medicinal ( 7 ). Fueron identificados cuatro sub-usos nutricionales : té , condimento , quelite y agua fresca . El más significativo es el té , usado como sustituto del café . Como condimento se utiliza para darle sabor a los tamales de frijol , como quelite se come acompañado de tortilla en taco , convirtiéndose así en “ alimento de emergencia ” cuando en casa no hay más que tortilla ( Vázquez- García et al ., 2004 ); el té frío es tomado como agua fresca en el campo .
Las mujeres valoran el uso medicinal del poleo dos veces más que los hombres : 18.4 % contra 7.5 %. Cada género mencionó diferentes tratamientos . Las mujeres priorizaron las enfermedades estomacales y el trabajo de parto , mientras que los hombres mencionaron en orden de importancia , dolores estomacales , resacas y enfermedades respiratorias .
Además de estos usos , se identificaron tres formas de intercambio del poleo : trueque , venta en mercados ( Zimatlán de Álvarez , Ocotlán de Morelos , Ayoquezco de Aldama y Oaxaca de Juárez ) y venta por encargo para las fiestas que se realizan en los valles centrales de Oaxaca . El trueque y la venta por encargo se realizan en 26 de 80 hogares respectivamente , mientras que la venta en mercados ocurre en 19 de 80 hogares . Las mujeres predominan en actividades de trueque y ventas en mercados , mientras que los hombres se encargan de ventas ocasionales por encargo . Esta división del trabajo también responde a la construcción de género . Es responsabilidad de las mujeres asegurarse de la buena alimentación de sus familias , y para ello intercambian poleo por productos no disponibles en su municipio ( tortillas , pan , fruta , verduras y bebidas , en orden de importancia ) o se sientan el día entero en un mercado para vender poleo y volver a casa con los productos que “ se necesitan en la cocina de una mujer ”. Estas actividades son consideradas apropiadas para las mujeres porque constituyen una extensión de los roles femeninos de cuidado , los cuales pueden llevarse a cabo tanto en la casa como en el mercado ( Seligmann , 2001 ). No representan una amenaza para los hombres porque generan menos ingresos comparadas con las ocupaciones culturalmente asignadas a ellos tales como la venta de madera y productos agrícolas o el trabajo como jornalero ( Leach , 1994 ; Schreckemberg et al ., 2006 ).
La única actividad relacionada con el poleo que se ajusta con el papel masculino de proveedor es la venta por encargo porque es ocasional , genera