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TOMÁS ORTEGA ORTEGA
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VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA.
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.
1. Introducción
Diversos estudios (Brown y Lassoie, 2010; Djoudi y Brockhaus, 2011; Lewark
et al., 2011; Mai et al., 2011) han demostrado que las mujeres son usuarias
importantes de los bosques, pero su participación en la gobernanza forestal
es escasa. La legislación y titularidad de tierras forestales no han tenido en
cuenta sus intereses y necesidades (Agarwal, 1994; Rocheleau y Edmunds,
1997; Bose, 2011). Por ejemplo, los hombres en la Amazonia brasileña toman
la mayoría de decisiones relacionadas con los recursos forestales (Shanley et
al., 2011). Las organizaciones de Uganda colocan a las mujeres en posiciones
subordinadas (por ejemplo secretarias), siempre en una condición minoritaria
y como formalidad para satisfacer los requisitos de organismos financiadores
(Empaform, 2006; Mukasa et al., 2012). La situación en México no es muy
diferente. Klooster y Ambinakudige (2007:401) describen a las asambleas
forestales comunitarias como “bastante representativas, democráticas y
mucho más autónomas que la norma”, sin reconocer que los participantes
son mayoritariamente hombres. Merino y Martínez (2012) resaltan la relación
entre gobernanza forestal, capital social y sustentabilidad, argumentando que
la presencia de instituciones sólidas enfocadas en la gestión y conservación
ambiental favorece la sustentabilidad y gobernanza forestal. Sin embargo,
las autoras no analizan la exclusión de las mujeres de dichas instituciones.
Dos razones sustentan la necesidad de incorporar a las mujeres en la
gobernanza forestal: 1) aumentar la eficacia de ésta; 2) garantizar los derechos de
las mujeres (FAO, 2011). Agarwal (2009) argumenta que existe una correlación
positiva entre la participación de las mujeres en la toma de decisiones, la
sustentabilidad y la gobernanza en los bosques de la India y Nepal, simplemente
porque existe un mayor número de personas comprometidas con la conservación
a partir de arreglos capaces de integrar diversos intereses. Específicamente en
Nepal, el incremento de mujeres en los cargos que regulan el aprovechamiento
forestal mejoró la diversificación del uso del bosque y la transparencia en el
manejo de los recursos (Acharya, 2006). La acción afirmativa de parte del
Estado es clave para que esto suceda. Así lo demuestra el caso de Filipinas,
donde se impulsó la titularidad femenina de la tierra, asunto que permitió la
participación de las mujeres en la toma de decisiones. Tal iniciativa ayudó
a detener la tala ilegal de bosque y los conflictos relacionados con la tierra
(Butardo y Balicao, 2011). Además, estos tipos de arreglos contribuyen al
empod eramiento femenino, porque las mujeres encuentran espacios para
expresarse y actuar de acuerdo a sus experiencias y necesidades (Agarwal, 2009).