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SILVANA GIRARDO
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos
familias rurales mejoren su calidad de vida a través de acciones innovadoras
y sustentables. Una de las principales repercusiones de esta experiencia fue
la emergencia de una conciencia ecológica en el grupo de participantes del
programa, vinculada a valores y principios agroecológicos, que influyó en la
modificación de ciertos hábitos y prácticas en los espacios doméstico, productivo
y comunitario. El artículo analiza estos últimos aspectos, identificando factores
que atraviesan el proceso formativo, favoreciendo y/u obstaculizando la
emergencia de disposiciones y capacidades.
1. Introducción
Históricamente, en nombre del desarrollo, las políticas dirigidas al medio rural
han estado orientadas a rescatar al campo del atraso para que pueda integrarse
al progreso técnico, al crecimiento y a la modernización. La revisión de
investigaciones (Pieck, 1996; Menocal y Pickering, 2005; MacMahon y Valdés,
2011; Delgado Reza, 2011; entre otras) mostró que los programas de educación
no formal dirigidos al medio rural, sobre todo los gubernamentales, han
estado vinculados a la capacitación técnica para el trabajo agrícola y basados,
frecuentemente, en enfoques extensionistas y de transferencia de tecnología;
y han minimizado, cuando no excluido, el desarrollo de otras capacidades
y saberes -como la organización social, la autonomía, la autogestión, la
participación ciudadana, el pensamiento crítico, la reflexión, la formación en
valores, etcétera- necesarios para que los sujetos puedan tomar las riendas de
sus vidas y aprovechar los recursos disponibles. Sumado a ello, la hegemonía
del conocimiento occidental moderno ligado a esta concepción de desarrollo
ha negado e invisibilizado todo un conjunto de saberes locales y ancestrales
que forman parte de la identidad y de los activos de los territorios rurales.
En México, en respuesta a los resultados poco alentadores por parte de
la educación oficial, muchas Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC)
han desplegado una serie de programas de educación no formal, empleando
métodos y prácticas participativas; muchas de ella con base en la educación
popular. Estas experiencias se han preocupado por temas como la autonomía,
la autogestión, el empoderamiento, la participación ciudadana, los procesos
organizativos de la población, entre otros; y si bien algunos estudios atestiguan
que la intervención por parte de estas organizaciones logra generar mayor
interés y participación de las personas (Girardo, S., 2011; Girardo, C., 2012)
se carece en general de evaluaciones e investigaciones sobre las características
y los resultados de este tipo de experiencias educativas.