Altiva Emerita TEASER | Page 12

12 José Miguel Núñez
puede medir la intensidad con la que abrazas a quien amas con amor desmedido .
Era la primera vez . Habían soñado este encuentro muchas veces desde hacía meses . Los escarceos y las fugaces visitas se habían saldado con algún beso apasionado y un anhelo reprimido , pero aquella noche fue diferente . Se deseaban mutuamente y la ocasión propicia desenfrenó la pasión . Nicecio se coló en su casa , aprovechando la oscuridad y la quietud de una noche invernal en la que nadie pareció haber percibido cómo su esbelta figura atravesaba puertas y pasillos hasta la habitación de Arestula . Ella no dijo que no .
Ninguno de los dos supo calcular los riesgos . El deseo fue más fuerte que el miedo . Ambos sabían que , de ser descubiertos , las consecuencias serían impredecibles . Y , sin embargo , no calibraron ni el temor ni la inquietud que les provocaba el ser vistos juntos ; a mayor razón , siendo Nicecio un intruso en la cama de un amor prohibido .
Desde que Vacrila los sorprendiera paseando juntos , hacía ya algunas semanas , después de haber experimentado la ira violenta del progenitor , habían limitado sus encuentros y habían decidido verse a escondidas . Los dos eran conscientes del peligro que corrían y nada les detuvo . Se sentían al abrigo de sus cuerpos y desafiaron la intemperie que afrontaban desde hacía meses . No eran culpables del hielo que se interponía entre ellos y , en cualquier caso , el fuego que sentían dentro era capaz de diluir cualquier distancia .
Se amaron hasta el despuntar del día . Cuando comenzaron las prisas a maquinar sus ajetreos y el ruido se desperezaba en los campos que rodeaban la casa , la inquietud volvió a recobrar la cordura . Ambos , tendidos desnudos el uno junto al otro y exhaustos de tanta herida , no podían ser más felices .
— Tienes que marcharte , amor mío .