Las reglas de operación de programa definen los procedimientos exactos a los que las comunidades deben someterse para inscribirse en el programa (página 3), sin embargo nos percatamos mediante una investigación que no se cumplieron tres requisitos fundamentales para el nombramiento de nuestro caso de estudio, por lo que según las reglas de operación del programa el nombramiento no debió tener lugar, ya que incluso hasta el día de hoy, Valle de Bravo no cuenta con plan de manejo del Centro Histórico ni Plan de Desarrollo Turístico, según el Bando Municipal del municipio. Además Valle de Bravo tampoco presentó un expediente de postulación, como lo indican las reglas de operación. (Para mayores referencias consultar el documento completo de la investigación // Pag. 36)
Podemos suponer que el nombramiento fue producto de la negociación y el cabildeo, sorteando el diseño estructural de la política para lograr que Valle de Bravo se convirtiera en pueblo mágico, lo cual es grave si hablamos de que el diseño original del programa con-templa una ciudadanización de la postulación por medio de los “Comités pro-pueblos mágicos”, que son organizaciones civiles que promueven el nombramiento con el visto bueno de todos los sectores de las sociedades de los municipio aspirantes. Cabe destacar que si existió un comité de este tipo en Valle de Bravo, sin embargo no hay fuentes de información que nos indiquen cuál fue su papel en el nombramiento, considerando que al no existir el expediente formal, no se realizaron planes de desarrollo turístico que incluyeran a la sociedad en general, lo cual rezaga la participación de las comunidades en su propia deter-minación en materia de desarrollo. Todas estas carencias nos llevan a afirmar que en Valle de Bravo las determinaciones a corto, mediano y largo plazo recaen únicamente en el gobierno municipal y no se incluye a la diversidad de actores en los campos de decisión efectivos y formales, lo que nos lleva a decisiones tomadas con única visión del desarrollo, los problemas que hay que enfrentar y las estrategias para hacerlo.
Los gastos del Programa “Pueblos Mágicos” en Valle de Bravo que se reportan de los años 2006-2009 (Tres etapas) suman casi en su totalidad gastos en obras públicas, por ejemplo andadores, banquetas, parques, remodelaciones en el mirador, muelle, kiosco por mencionar algunas. Si bien estas obras pueden ser justificadas como remodelación o creación de nuevos espacios para el esparcimiento de la población, lo cual no está mal, es de cuestionarse que sean de preponderancia y contribuyan a los objetivos de pueblos mágicos. Por si fuera poco, estas obras no responden a un Plan de Manejo del Centro Histórico ni a un Plan de Desarrollo Turístico ya que, como mencionamos, no existen éstos en Valle de Bravo, lo que puede ser contraproducente y atentar contra las riquezas arquitectónicas y el entorno colonial del lugar, que son en parte las “condiciones” por las cuales se obtuvo el nombramiento de pueblo mágico.
Para incentivar, promover, y hacer perdurar a Valle de Bravo como un lugar turístico, se le concedió en el año 2005 el Nombramiento “Pueblo Mágico”, programa que por medio de un financiamiento del gobierno federal y estatal invita a fortalecer y generar sus recursos turísticos. .