Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 61

reproducción. Y así como Engels entendió que de una revolución socialista se deriva la liberación de la mujer, Firestone entiende lo contrario: de una revolución feminista se puede esperar la abolición de las clases.[ 137 ]
De esta forma, Firestone va a proponer una suerte de programa mínimo para la revolución feminista, compuesto de cuatro puntos que, resumidamente, son los que siguen: 1) Abolir la función reproductiva de la mujer con arreglo a las tecnologías de la reproducción artificial y la legalización del aborto; 2) Lograr la absoluta independencia económica de mujeres y niños, lo cual supone abandonar la economía capitalista y adoptar un sistema socialista(“ Es por esto que debemos hablar de feminismo socialista”[ 138 ], remarca Firestone); 3) Incluir a las mujeres y los niños en todos los aspectos de la sociedad, destruyendo todo aquello que resguarde la individualidad, y destruyendo“ las distinciones culturales hombre / mujer y adulto / niño”[ 139 ]; 4) Lograr“ la libertad de todas las mujeres y niños para hacer lo que sea que deseen sexualmente”[ 140 ].
El fin expreso de todo esto es la destrucción de la familia, dado que ésta sería“ la fuente de la represión psicológica, económica y política”[ 141 ]. La tercera ola del feminismo, como vemos, hace de las relaciones de pareja un ámbito de lucha y odio permanente. Si puede considerarse que la de la URSS fue una“ revolución fallida”, fue precisamente por haber revolucionado sólo lo concerniente a la esfera económica y no haber implementado a fondo y sostenidamente esta revolución en el ámbito de las relaciones interpersonales y familiares.[ 142 ] Firestone está primordialmente preocupada, además de la cuestión femenina, en la cuestión de los niños. Y es que entiende que el socialismo no puede ser construido si no se logra cortar los lazos de una generación con la anterior, para que el Estado pueda formatearla hasta la raíz misma.[ 143 ]“ Legalmente los niños siguen bajo la jurisdicción de los padres quienes pueden hacer con ellos lo que les plazca”[ 144 ], se queja curiosamente Firestone. ¿ Bajo qué jurisdicción deberían estar entonces? Pues queda claro que bajo la del Estado socialista.
El proceso de destrucción de la familia no se puede dar de un momento a otro, sino que conlleva cambios paulatinos, que involucran incluso la pedofilia. Firestone los describe de esta forma:“ Al principio, en el período de transición, las relaciones sexuales serían probablemente monógamas, incluso si la pareja decide vivir con otros.(…) Sin embargo, después de muchas generaciones de vida no-familiar, nuestras estructuras psicosexuales podrán alterarse tan radicalmente que la pareja monógama se volvería obsoleta. Sólo podemos adivinar lo que podría reemplazarla: ¿ quizás matrimonios por grupos, grupos maritales transexuales los cuales también involucran niños mayores? No lo sabemos”.[ 145 ]