Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 194

Y como si el cúmulo de datos arrojados no confirmasen que la tendencia homosexual es autodestructiva, cabe agregar el documento científico sobre 750 casos publicado por el gobierno norteamericano (elaborado por el National Center for Biotechnology Information), el cual nos dice que la población sodomita sufre una preocupante tendencia al suicidio: los hombres homosexuales y bisexuales padecen un riesgo 14 veces mayor de intentar un suicidio que una persona no homosexual[595]. Sobre esto último, el psiquiatra español Aquilino Polaino señaló que el trastorno obsesivo es un rasgo común entre la comunidad homosexual, lo que podría explicar las altas tasas de suicidios[596], dado que la población sodomítica, aunque porcentualmente pequeña, constituye sin embargo el 62,5% del total de suicidios analizados en el informe citado. Pero todavía hay más acerca de este desprecio por la vida y este patológico apego homosexual a la autodestrucción: “Yo jugué a la ruleta rusa del sida” es el escalofriante título del largo y completo informe publicado por el diario El Mundo de España en 2010: “La excitación comienza antes de traspasar la puerta, mucho antes de contemplar los cuerpos desnudos y entablar contacto físico. Desde el momento en que a través de internet se fija un día y un lugar, los nervios están a flor de piel. Los convocados imaginan una y otra vez cómo se desarrollará la particular orgía a la que van a asistir, quién será quién en la ruleta rusa sexual. Una peculiar reunión en la que uno de los participantes tiene un arma que excita al resto. No es una pistola. Es la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El fenómeno surgió en Estados Unidos en la década de los ‘90, justo cuando apareció el cóctel de fármacos antirretrovirales capaz de mantener la enfermedad a raya. Ahora, estas fiestas empiezan a ganar adeptos en España (…) Las autoridades sanitarias conocen desde hace tiempo la existencia de esta peligrosa práctica. Los propios Centros de Prevención y Control de Enfermedades de EEUU (CDC) han realizado investigaciones sobre el asunto, tratando de averiguar por qué alguien quiere contraer un virus que mata a dos millones de personas cada año y cuya incidencia se ha duplicado en los hombres que mantienen relaciones homosexuales, especialmente entre los más jóvenes. Gordon Mansergh, de la división de VIH de los CDC y autor de uno de estos estudios, concluye tras encuestar a 554 hombres gays y bisexuales en San Francisco que ´la principal razón para tener sexo sin protección y sin preocupación, es que experimentan mucho más placer y se sienten emocionalmente más conectados con la pareja, sin barreras de ningún tipo´. Pero no es sólo eso. Algunos participantes en las fiestas de la ruleta rusa lo hacen por dejar de sentirse aislados y diferentes e, incluso, porque han vivido tanto tiempo con miedo a infectarse que si, finalmente contraen el virus, se sienten aliviados (…) Las orgías de sexo a pelo entre seropositivos y seronegativos llevan dos décadas