Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 108
famosa activista feminista Anita Sarkeesian, quien querría prohibir videojuegos de
Nintendo argumentando que la compañía “usó las fantasías de poder de los
adolescentes y hombres heterosexuales para vender más videojuegos”; el célebre
“Mario Bros” sería uno de los más “patriarcales” puesto que “de todos los juegos de la
saga Mario, la princesa aparece en 14 escenas y es secuestrada en 13”.[324] Vale
agregar que Sarkeesian se suele pasear por la ONU peticionando que Internet sea
censurada para luchar contra quienes no adhieren al feminismo.[325] Acusaciones
similares a las del patriarcal Mario Bros fueron endilgadas contra el dibujante del
cómic Spider-Woman (“la mujer araña”) de Marvel, acusado de ser “sexista” en su
manera de retratar a la mujer; a causa de la polémica desatada por la revista en
cuestión, el artista terminó siendo desplazado por la empresa.[326] En España
encontramos a los chavistas del partido “Podemos”, donde milita la dirigente feminista
Beatriz Gimeno (diputada autonómica), quien ha declarado que “la heterosexualidad no
es la manera natural de vivir la sexualidad, sino que es una herramienta política y
social con una función muy concreta que las feministas denunciaron hace décadas:
subordinar las mujeres a los hombres”, con lo cual la diputada llama a fomentar “la no
heterosexualidad” dado que “la heterosexualidad provoca daños en la mujer”[327].
¿Faltará mucho para que los izquierdistas de Podemos propongan prohibir la
heterosexualidad? No lo sabemos. Lo que sí se sabe es que en este país ya se ha
presentado un proyecto para prohibir el “piropo”, estableciendo una pena hasta de
cárcel y sanción económica de 3.000 euros para quien ose piropear a una mujer[328]
—en Bélgica ya rige una ley al respecto y condena los piropos con multa de entre 50 y
1.000 euros y hasta penas de hasta un año de prisión; en Argentina ya hay algunos
proyectos similares en camino—. Andalucía, a su turno, ya cuenta con inspectores
estatales que vigilan celosamente que profesores, profesoras y estudiantes no usen
lenguaje impregnado de género: obligatoriamente se debe usar “alumnado” en lugar de
“alumnos”; “profesorado” en lugar de “profesores”; “la adolescencia” en lugar de “los
adolescentes”; “personal investigador” en lugar de “investigadores”, entre otras
ocurrencias por el estilo.[329] El Gobierno autonómico del País Vasco, por su parte,
quiere prohibir el fútbol en los colegios por tratarse de un “juego machista” y para
acabar con “la distribución sexista de las zonas del recreo”[330]. En Francia, grupos
feministas lograron que el pueblo de Cesson-Sevigne prohíba recientemente la palabra
“mademoiselle”, equivalente a “señorita” en español, por ser “discriminatoria” y
“machista” dado que revela el estado civil, sin existir su similar masculino.[331] En
Inglaterra encontramos el movimiento Justice for Women, cuya cofundadora Julie
Bindel (columnista de The Guardian) piensa y propone que a los hombres hay que
recluirlos en campos de concentración —“las mujeres que quisiesen ver a sus hijos o
seres queridos masculinos podrían ir a visitarlos, o llevárselos como un libro de la
biblioteca, y luego traerlos de vuelta”— y espera “que la heterosexualidad no
sobreviva”.[332] Ya en América Latina, concretamente en Colombia, las feministas