ISBN 0124-0854
N º 199 Junio de 2013
Querido Viejo
Cuando era niño, Rafael Chaparro Madiedo, autor de las novelas Opio en las nubes y Él Pájaro Speed y su banda de corazones maleantes, siguió por la radio el derrocamiento de Salvador Allende, en Chile. Angustiado, intentó todas las fantasías posibles para salvar al entrañable viejo. Esta crónica, que rememora dicho episodio, fue originalmente publicada en la desaparecida revista Consigna, el 15 de septiembre de 1988. Luego fue incluida en la compilación de textos periodísticos del mismo autor, titulada Un poco triste, pero más feliz que los demás( 2012).
Tenía nueve años cuando el más sanguinario ser que haya parido el cono sur( ese cono sur debería metérselo por donde sabemos), derrocó al único gobierno socialista del continente que haya llegado al poder por la vía del voto. De mi
Rafael Chaparro Madiedo mente no se borrará aquella mañana de septiembre cuando pegado al radio escuchaba las noticias sobre el golpe. En la radio se hablaba de que el Presidente Allende, siempre tan gallardo el viejo, resistía acompañado apenas por unos cuantos amigos, leales hasta el último instante. Las imágenes de la televisión me impactaron mucho más: el Palacio de la Moneda totalmente destruido, los tanques, los soldados, la niebla de la brutalidad en el aire. El Estadio Nacional de Santiago, aquel donde unos tres años antes Allende pronunciara un emocionado discurso, era ese día un campo de desolación y de vejación al ser humano. Los reyes de la devastación se regocijaban en lo que más les gustaba: escupir sobre la sangre. Allí mismo murió Víctor Jara, profesión: cantor popular, le cortaron las manos para que no siguiera cantando y animando a los prisioneros, murió desangrado. Una sangre olvidada derramada sobre un anónimo césped. Me inventé juegos absurdos mientras en la radio se escuchaba la detonación de los aviones y de los tanques y mientras decían que el comunismo había sido extirpado de esa parte