Agenda Cultural UdeA Junio 2013 | Page 27

ISBN 0124-0854
N º 199 Junio de 2013
Aprendió a armar y desarmar con facilidad el G-3, pero no a quererlo como a la novia. Un día, después del baño en el río, se le olvidó el arma. Durante media hora marchó con el pelotón hacia el campamento. Formó, almorzó. Se sentía liviano, le pareció raro. Lo comentó con el lanza. ¿ Y tu fusil? Corrió, deshizo el camino y allí estaba aún, al borde de la corriente. Suspiró. Nadie lo había visto, ni los campesinos, ni los guerrilleros fantasmas de esa zona roja. ¡ A tierra soldados! ¡ Bésenla! ¡ Cómansela! ¡ Los quiero ver untados! 30 … 31 … 32 … Abajo. Arriba. Sudor. Calor. Temblor. ¿ No pueden con el morral? Por eso estamos como estamos. Y usted soldado: ¿ de qué se ríe? ¡ Conteste! De
nada … mi cabo. Si le da mucha risa, ¡ corra en cuclillas hasta ese árbol! Sí, sí mi cabo. Sí, mi cabo ¡ no!, se dice: ¡ como ordene mi cabo! Como ordene mi cabo. ¡ No lo escucho, soldado! Como ordene, mi cabo. ¡ No lo escucho! ¡ Más duro, carajo! Comió tierra y su sangre estaba tan caliente como el día. Le llegó el turno de tirar la granada. Pensó que le hacía un favor a la patria si la arrojaba hacia el grupo de oficiales y suboficiales. Pero no era tan bobo como para convertirse en asesino; era mejor morirse. Le quitó el seguro y la apretó fuerte contra sí … Un segundo, dos, tres, cuatro, cinco, seis … ¡ Soldado hijueputa, suelte esa granada! Recordó su vida como una película. ¡ Por mi libertad!, alcanzó a exclamar. El artefacto explotó en el aire. ¡ Vuelta a la cancha! El que llegue de último no tiene salida. ¡ Atención, firmmmm! Posición de revista. El que tenga el fusil sucio no tiene salida. Himno al soldado. El que no lo sepa no tiene salida. Oración a la infantería. El que no la recite no tiene salida. ¡ Izquierrr, dos, tres, cua …! El que pierda el paso no tiene salida. ¡ Marchando, marchando! Permiso hasta las 16 horas de mañana. El que llegue tarde se las ve conmigo. ¡ Retirarse arrr! ¡ Viva Colombia! Después del intento de suicidio comenzó a reírse con más frecuencia. Era su estrategia para defenderse. Ahora gritaba: ¡ Viva Colombia! con más ganas, al unísono con los demás cada