Agenda Cultural UdeA Julio 2013 | Page 9

ISBN 0124-0854
Santiago Andrés Gómez

Su sistema de creencias o valores se alimentaba de posibilidades perdidas, y en el azar siempre hallaba una razón para su demudada esperanza. Ese día, buscando una palabra, dio con una cifra y, sin confiar en ella, pensó una alternativa. Era en los libros abiertos a la suerte donde se prodigaba el juego, y esta vez nada más lo llamó“ juego”. Así, acaso, convendría a Rosana, y a él.

Al salir de casa, sin embargo, supo, comprendió, de una vez, y aun incrédulo, que la respuesta a sus llamadas no obedecía a gracia alguna, ni provenía del caos, ni tropezaba con lo meramente casual o inmediato. El taxi ostentaba en sus puertas, y repetía, más pequeño, al lado de las ruedas delanteras, el mismo número que había encontrado en Las mil y una noches cuando buscaba el término que coloreara el trajín vespertino y su riesgosa cita a ocultas.
“ No, no es un juego”, pensó, y se dijo:“ me juegan”, y añadió:“ estoy jugado”, porque el número era solo uno, aun siendo dos, y más, contando las puertas y ruedas.
“ Pero doscientos también es una palabra”, calculó.
—¿ Doscientos uno?— preguntó por el apartamento el taxista.
— Sí, doscientos uno— dijo Asdrúbal, entró al taxi, perplejo, y cerró con extrema suavidad la puerta.
El móvil 200, de placa dos cero cero, arrancó. De lejos, todo parecía cualquier cosa, era una cosa cualquiera.
Santiago Andrés Gómez es crítico y docente de cine, realizador audiovisual y narrador. Publicó en 2009 la novela Madera salvaje; en 2012, el libro de cuentos Los deberes, y acaba de publicar con la Editorial Universidad de Antioquia Tras las huellas, su segunda novela. Ha sido colaborador y articulista de distintas revistas locales y nacionales como Kinetoscopio, y de los suplementos literarios de El Colombiano. Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter. julio de 2013