ISBN 0124-0854
N º 196 Marzo de 2013
Cuando el psicoanálisis se fuga, no se extravía *
Marcela Ramírez
V
oy a hacer una breve crónica de una de las dificultades que el psicoanálisis no logra sortear en sus relaciones con la institución familiar a la que parece, en unos casos servir, en otros reformar o subvertir, según ideas que circulan en y desde el campo abierto por Freud, y en ocasiones por la recepción de esas ideas en otros espacios del conocimiento.
La primera sorpresa aparece cuando recibo de Michel Foucault su fino señalamiento del problema, tal como lo presenta en el seminario El orden psiquiátrico: ¿ qué hace el psicoanálisis en un seminario sobre el papel de la psiquiatría? Es indudable que está fuera de lugar, y ese extravío merece su interrogación, y mucho más, si atendemos al lugar en que lo encuentra Foucault.
El 28 de noviembre de 1983, en la sesión de su seminario, Foucault va encontrar en la modernidad un resto de la soberanía que cayó con la cabeza del rey en la Revolución Francesa, que tanto influyó las independencias
“ El cochero belicoso”, aguafuerte de Robert Seymour para Los papeles póstumos del Club Pickwick de Charles Dickens, 1836-1837
de la América española, y que da origen al sistema disciplinario en el que la vigilancia sobre los individuos instaura una nueva forma