Una galería de arte al aire libre

L

os sábados son días de espuma en La Loma. Una vez los chincherrys anuncian el amanecer con sus cantos de tres sílabas, las mujeres se abren paso entre

las sábanas, rumbo a su encuentro semanal con el agua serenada en un estanque. Antes de

Patricia Nieto

agitarla la usan como espejo y, luego de ajustar peinado y traje, sumergen lentamente dedos, manos y brazos para sentir frío en todo el cuerpo. Después de este baño mañanero, regresan al interior de sus casas de madera y rescatan brazadas de ropas en las que hunden