ISSN 0124-0854
N º 192 Octubre de 2012 experiencia extática y dicen no . Lo único que queda claro de la experiencia abisal es que es literalmente indecible . Cada época debe reinventar su poética del silencio , que es la forma de realidad última . Desde Stephane Mallarmé hasta Paul Celan el lenguaje discursivo es llevado al límite de la negación . Estéticas de la retractación basadas en la ley de la adición negativa , donde el punto es la última y única unión de silencio y palabra .
Hablo de una poética de la desnudez , que conlleva un proceso de esencialización : la palabra pura , básica , esencial actúa como totalidad y ante ella debemos guardar silencio : “ De lo que no se puede hablar , mejor es callar ”, dijo Ludwig Wittgenstein . El silencio se ofrece como disponibilidad ante lo absoluto . Solo desde la soledad a la que el yo poético ha llegado , mediante un ejercicio de reducción , es posible saborear la plenitud , gustar el infinito en toda su extensión : “ Me ilumino de infinito ”, afirmó el poeta italiano GiussepeUngaretti .
En realidad , la poética del silencio , tan mal asimilada y peor interpretada en los últimos años , es una renuncia explícita de sí misma para convertirse en expresión de la otra voz , aquella que no tenemos y nos busca para nombrarnos . Para el artista moderno , hablar es decir menos , de modo que el ideal del silencio , visible en la filosofía de Wittgenstein , en la música de Webern y en la prosa de Franz Kafka
( traicionado póstumamente en su silencio ), refleja el fracaso de la palabra ante la verdad desnuda y abisal . “ No hay palabras para las experiencias más profundas ”, anota Eugène Ionesco en su diario .
Desde Friedrich Hölderlin y Arthur Rimbaud , modelos de escritores silentes , pasando por Hugo Hofmannstahl , Stephen Crane , Robert Walser , Arthur Cravan , poetas de silencio voluntario , la poesía contemporánea no ha dejado de renunciar a la palabra , de religarse al silencio como forma iniciática . Al crearse el poema , se saca a la palabra del silencio y esta aprende a renombrar ese espacio vacío en que se ha formado . Interesarse por el silencio es hacerlo por la palabra , por el verbo en todo el despojamiento de su esencia poética . Hablo del poder germinante del silencio . Un silencio primordial que parece situarse en una anterioridad a toda significación , cuando la palabra todavía no existía y el poema aún estaba por hacerse .
Este libro invisible implica , de fondo , una reflexión que cuestiona incluso la posibilidad y la noción misma de escritura . Exorcizar el propio silencio : escribir que no se puede escribir , también es escribir . El silencio de la escritura , unido a la desconfianza por el lenguaje , lleva al poeta a adorar el silencio como idea , como quimera . Solo de la pulsión negativa , solo del laberinto del No , surgirá una