Agenda Cultural UdeA - Año 2012 OCTUBRE | Page 20

ISSN 0124-0854
N º 192 Octubre de 2012
10 Quien
pierde ,
gana .
¿ Para
qué
argumentar ?
El balance final de una discusión no es siempre alentador ( al menos para quien busque a ultranza llegar a “ la verdad ”, convencer o vencer ). En el mejor de los casos , la argumentación logra un consenso o acuerdo provisional , o la resolución parcial , o de un aspecto menor , del problema ; incluso , puede hacer que el problema se sustituya por otro o se descarte como tal . También suele suceder que las controversias terminen por agotamiento de los participantes o por la intervención de algún árbitro investido de la necesaria autoridad , por desvanecimiento , disminución de interés o “ muerte natural ”.
Con todo , no debemos equivocarnos : hay otros medios de acción , y la persuasión no siempre es inmediata , pero la buena argumentación es , de lejos , superior , a corto y a mediano plazo , respecto a la coacción y la manipulación ( que se condenan a “ dormir siempre sobre sus bayonetas ”); porque la persuasión aplica “ una fuerza que no genera dominación ”, y sus cambios pueden ser perdurables ; y muy especialmente , porque la argumentación es la única herramienta capaz de esclarecer y replantear no sólo los problemas , sino los
marcos conceptuales y emocionales en que ellos se originan o se resuelven .
Pero , por esto , tampoco deberíamos entusiasmarnos en exceso , sino ser humildes . No pretendamos que nuestra argumentación supondrá tal conmoción para el otro como el camino de Damasco para san Pablo : un cambio radical de identidad , creencias y propósitos . La buena argumentación vive también de los pequeños gestos y los pequeños efectos : el coraje de quien , en situaciones difíciles , de apatía e intimidación , afirma razonadamente su derecho o su posición ; el valor de reconocer un error que podíamos haber ocultado ; una idea que , pasados los años , resuena aún sin que alcancemos a dilucidar por completo su significado .
Entonces ¿ para qué argumentar ? Se argumenta para aprender , para esclarecer los problemas — quizás no para resolverlos —, por el gusto de debatir . En la argumentación “ quien pierde , gana ”. Gana quien más corrige sus ideas , quien más se renueva , quien más aprende ; en suma , quien más se ve persuadido .