ISBN 0124-0854
N º 185 Marzo de 2012
Alexander Pushkin, Autorretrato, 1820.
En 1828 Pushkin conoce a su futura esposa, Natalia Goncharova, de quien se declaró enamorado a primera vista. Sin embargo, la boda solo se hará realidad en 1830, después de dos solicitudes de matrimonio, rechazadas por la familia de la novia que no apreciaba del todo la unión con un librepensador pobre. Finalmente, el padre le regala una propiedad al novio, quien, con el fin de tramitarla a su nombre, se traslada a la aldea y allí se ve retrasado durante tres meses por una declaratoria de cuarentena por cólera; esta época es conocida como el Otoño del Boldino, la cima de la creación de Pushkin: Los relatos de Belkin, Pequeñas tragedias, últimas partes de Evegueni Oneguin, artículos de crítica literaria y cerca de treinta poemas, entre otras
obras. En 1833, Pushkin es nombrado miembro de la Academia Rusa, junto con algunos hombres de ciencia. En este mismo año, el poeta regresa a San Petersburgo con el objetivo vital de librarse de las angustias de palacio y de su inevitable supervisión. Pushkin gestiona una especie de permiso con pago adelantado por parte del gobierno zarista; el dinero no cubre ni la mitad de las deudas del escritor, ya padre de familia. Como resultado, el poeta contrae un compromiso económico de largo tiempo con el Zar, a lo que se suma el inicio de la prohibición oficial a la publicación de sus obras. En 1834 termina La dama de la pica, la cual logra ver la luz en el periódico literario Biblioteca de Lectura y es muy bien remunerada. Así, a nuestro poeta endeudado y sin salario solo le resta esperanzarse en la venta de sus obras y depender de la demanda de los lectores.
A comienzos de 1835 se publica en formato de libro la novela en verso Evgueni Oneguin, que circulará por entregas entre 1825 y 1832; ven también la luz compilaciones de poemas y de relatos. Estas obras fueron vendidas con gran trabajo y la crítica augura el final de la época de Pushkin en la literatura rusa. Este fracaso se extendió también a su periódico El Contemporáneo, ya que solo contó con seiscientos suscriptores; en él, Pushkin escribía prácticamente solo, apoyado en el anonimato; este esfuerzo editorial refleja su profundo