Agenda Cultural UdeA - Año 2012 MARZO | Page 28

El poeta y la musa
ISBN 0124-0854
N º 185 Marzo de 2012 mujer vacía, ignorante y completamente indiferente a la pobra poética de su marido resulta inconsistente. Natalia no sólo leía mucho, hablaba con soltura el francés, el inglés y el alemán, sino también sabía de memoria muchos poemas de Pushkin, ya en aquel entonces el poeta más popular de Rusia. ¿ Qué sentiría la joven e inocente muchacha mientras recitaba aquellas estrofas o las copiaba en los álbumes de sus hermanas y amigas cercanas? Sin duda alguna, ni siquiera se imaginaba que su destino terminaría unido al del poeta en una apasionante y trágica historia de amor.

El poeta y la musa

Alexander Pushkin conoció a Natalia Goncharova en Moscú, en un baile en diciembre de 1828. Uno de los amigos del poeta le presentó a la hermosa y fresca muchacha de tan sólo dieciséis años, vestida de blanco y con una diadema de oro sobre los exuberantes rizos oscuros. Pushkin quedó encantado, y, a pesar de su reputación de seductor experimentado,“ por primera vez se comportó con suma timidez” 5. Impresionado por aquel encuentro, el poeta escribió en su diario personal:“ Ella será el más grande y el último amor de mi vida” 6.
Poco después, el poeta enamorado pidió la mano de Natalia a su madre, quien no se mostró muy entusiasmada ante la perspectiva de ver a la más bella y prometedora de sus hijas convertida en esposa de un hombre que, a pesar de toda su gloria y talento, tenía la dudosa reputación de buscapleitos, mujeriego y jugador de naipes. Además, Pushkin carecía de estabilidad económica, y era famoso por sus ideas radicales, amistades con los cabecillas de la derrotada rebelión decembrista y por sus serias contradicciones con el mismo zar Nicolás I. No le dio una respuesta definitiva, alegando que su hija aun no estaba lo suficientemente madura para la vida conyugal, y le prometió al poeta que pensaría en su propuesta, si él lograba mejorar su situación económica y reconciliarse con la sociedad. Aquella incertidumbre duró casi dos años. En 1829, Pushkin partió para el Cáucaso donde en aquel entonces había estallado una guerra con Turquía, para el gran alivio de la madre de Natalia quien, con toda seguridad, acariciaba la esperanza de que una larga separación enfriaría los sentimientos del poeta. Sin embargo, a su regreso a Moscú en la primavera de 1830, Pushkin volvió a pedir la mano de su joven musa. Sorpresivamente, para su severa progenitora, fue Natalia quien se opuso abiertamente a la voluntad materna y la convenció de bendecir su unión con el