ISBN 0124-0854
N º 184 Febrero de 2012
Pensar no tiene más objeto que prepararnos a vivir, dicen los tontos. En verdad, vivir no tiene más objeto que permitirnos pensar.
* Sólo un cristiano puede despreciar la democracia sin necesidad de inventarse una mitología cruel.
* El mal humor expulsa la densidad de las cosas, y las hace aparecer como corteza transparente y liviana sobre un vacío. El buen humor, en cambio, descubre en todo un espesor misterioso y como una fecundidad inagotable.
* Por ambición y vanidad llegó a la santidad: Dios le pareció el único espectador que valía la pena entretener.
* La espontaneidad es el único valor de ciertos gestos. Así, sólo la libertad del hombre puede haber sugerido a Dios que lo creara.
* Lo coherente es arbitrario. La ambigüedad es la característica última de la realidad.
* Todas las pruebas de la existencia de Dios se subordinan en las filosofías idealistas a una previa meditación sobre la pequeñez del hombre, y en las filosofías realistas a una meditación sobre su grandeza.
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El aporte filosófico de las matemáticas me parece haber consistido hasta hoy en algunas metáforas.
* Lo que más usualmente cansa a una mujer son las mejores cualidades del hombre que ama.
* La peor traición no es la que arruina la felicidad, sino la que ridiculiza las más nobles cualidades de la mujer o del hombre.
* El hombre no es el vehículo de las ideas, sino su ambigua y dura realidad.
* La idea es el recurso desesperado de quien no halla la carne inmortal y vil que solo anhela.
* Toda simpatía recíproca es una explotación alternativa.
* La nobleza o la hermosura de las cosas poseídas sólo aparecen a una meditación tardía. Nunca logramos ser más que nuestra propia posteridad. * No existe triunfo que sea más que un noble fracaso.
* Elegancia, dignidad, nobleza, son los únicos valores que la vida no anula necesariamente.
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