ISBN 0124-0854
N º 184 Febrero de 2012
Que el hombre es la criatura más noble del mundo, lo proclama el hecho de que ninguna otra criatura lo contradijo jamás acerca de este punto. * Nuestras más felices expresiones pasarán de moda. Cuántas palabras que antaño expresaron metáforas audaces resultan ahora vulgaridades. En alguna medida, sería posible prolongar la vida de estas expresiones poniendo en su estilo algo nuevo, que haga difícil su imitación y no les permita envejecer tan pronto.
* Valdría la pena investigar si no resultará negativo cultivar exageradamente la educación de los niños. Todavía no conocemos aún lo suficiente al hombre como para quitarle dicha tarea al azar. Creo que si nuestros pedagogos cumplen con todo lo que se proponen, es decir, si consiguen mantener a los niños bajo su influencia absoluta, en el porvenir no tendremos un solo gran hombre.
* Es duro aceptar hasta qué punto perdieron fuerza nuestros mejores vocablos; la palabra " razonable " ha perdido casi todo su prestigio; aún se entiende lo que quiere decir, pero no se la tiene muy en cuenta, por culpa de la multitud de personas que se ha apoderado de ese título. La palabra“ irrazonable” es, en su estilo, más fuerte. Un niño razonable es un sucio germen de delator devoto y cobarde; mucho más promisorio es un niño irrazonable.
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Lo que media entre el orden simple de la naturaleza y la regularidad forzada es un estúpido bien adiestrado.
* ¿ Para qué sirven nuestros periódicos científicos y, en general, la mayor parte de nuestras publicaciones? Se distinguen, por cierto, de los más simples catálogos de mercado, pero esa distinción es precisamente la causa de que no le interesen a nadie.
* En una época en que Inglaterra estaba en mal estado, Lord Chesterfield contaba en ella tres millones de políticos.
* La imparcialidad es una actitud artificial. El hombre siempre es parcial y con mucha razón. Hasta la imparcialidad es parcial. Es partidaria del partido de los imparciales.
* Hay gente que además de exaltada es incapaz. Es la gente realmente peligrosa.
* Ritcher me decía: Los médicos jamás deberían decir:“ He curado a ese hombre” sino“ No ha muerto entre mis manos”. De manera parecida, los físicos podrían decir:“ He dado razones cuya incoherencia es indemostrable”, en lugar de decir“ He explicado”. En la doctrina de Kant, sobre todo la concerniente a la ley moral, se puede descubrir en muchos puntos la influencia de la vejez, edad en que pasiones e instintos perdieron fuerza y sólo la