Agenda Cultural UdeA - Año 2012 DICIEMBRE | Page 11

ISSN 0124-0854
N º 194 Diciembre de 2012 ladronzuelo hambreado, a merced de la justicia, la piedad asqueada y el temor incontrolable del hombre normal. O de la bondad dudosa e interesada, ejercida por religiosos fanáticos, mujeres virtuosas y gobiernos incompetentes, en beneficio de los incapaces que han sido expulsados del gran rebaño humano. Están realmente aislados. Todavía son trece. Seguros en un mundo cálido y propio, en donde bajo el azote del sufrimiento existe realmente la solidez del amor, cristalino e inmutable. Y la amistad es un nudo sobre otros nudos, fuertemente amarrada, que no admite acciones mezquinas, ni deja incubar sentimientos vergonzosos, la envidia, el temor, los celos lacrimosos. Los hombres están un tanto enamorados de Ada. La muchacha­aguja, calva y de piel transparente forrada a los huesos. Su rostro quedó milagrosamente intacto y sonrosado, a pesar de haber sido mutilada concienzudamente durante su otra vida anterior, en los sótanos de una prisión, por un artífice especializado en lentas torturas. Ha perdido el habla, aunque todavía sabe escuchar... Jericó la ama más que a nadie, e inventa canciones para ella, baladas del satinado mar y el plenilunio, rondas infantiles y versos henchidos de musgo tierno para impedir sus amargas lágrimas sin sonido.
Chef-globo resulta tan increíblemente pesado que su triple cama está colocada sobre una base metálica rodante. Únicamente tres enfermeros, singularmente forzudos y ajenos al pavor y a la compasión, pueden removerlo de su lugar. Es el oráculo y la sabiduría gastronómica, experto en banquetes y fiestas nunca ofrecidas. Sabe de memoria recetas a centenares y suele decir pausadamente, con devota unción— para deleite de quienes pueden escuchar e imaginar— cómo se sazonan los platos más fabulosos del mundo. Con gestos apasionados simula rellenar faisanes, mezclar salsas exquisitas con nata agria, estragón, zumo de limón y vino blanco; preparar el aromado té de jazmín; y también embelesarse con la perfumada consistencia de la pimienta y el eneldo, la diafanidad del almíbar perfecto y la etérea espuma de un ponche favorito. Chef-globo no soporta en su estómago desproporcionadamente extendido otra cosa que papillas sin condimentos, leche tibia, pan de centeno. Está Gastón-noche, el encapuchado, deslumbrantes los ojos color jerez, unos dientes magníficos, riente la doble cinta encarnada de sus labios. Quizá oculta un guargüero salvaje, agallas sanguinolentas, una masa informe de nata salitrosa o manteca corrompida. Tiene manos ligeras y la virtud de extraer la azucena, el diminuto gorrión y el leve colibrí