Agenda Cultural UdeA - Año 2012 AGOSTO | Page 8

ISBN 0124-0854
N º 190 Agosto de 2012
Luego de la crisis de principios de los años 70, en la Facultad de Medicina se nombró un grupo de compañeros de diferentes corrientes de pensamiento para dirigir su destino, modernizar la Facultad y tratar de llevarla hacia una mayor democracia. Sólo después de ese cambio muchos de nosotros pudimos ingresar de nuevo a la Facultad a hacer estudios de postgrado.
En la Facultad de Medicina ocupó los cargos de jefe de departamento, director de pregrado y de posgrado, representante profesoral al Consejo Superior de la Universidad, candidato a decano y postulante a la rectoría. Fue presidente de la Asociación de Profesores de la Univesidad, donde imprimió su personalidad a las grandes discusiones acerca de la modernización de la Universidad, a las denuncias sobre paramilitarismo y presencia de las autodefensas en el territorio nacional.
En 1979 el ejército allanó su residencia. Leo fue apresado, sometido durante dos semanas a múltiples torturas físicas y psicológicas, y luego recluido con la sindicación de“ colaborar” con los sindicatos y la guerrilla del ELN, por haber atendido, como era su deber como médico, a algunas personas que fueron acusadas de tales. Cumplió una encomiable y fructífera labor como médico, atendiendo reclusos y proponiendo actividades básicas y preventivas de saneamiento, durante los cuatro meses que
permaneció en Bellavista, de donde salió sin condena. No tuvo temor en denunciar los atropellos de la fuerza pública y lo que estaba pasando en los cuarteles y en las cárceles durante el gobierno de Julio César Turbay. Después de su detención dedicó gran parte de su vida y su trabajo al Comité de Derechos Humanos, pues lo consideraba un compromiso con todos aquellos que estaban siendo perseguidos en forma injusta en el país. Allí compartió grandes momentos con Héctor Abad Gómez, hasta el día de su vil asesinato. Fueron muchas las denuncias que recibieron y que quedaron truncadas con su muerte.
Fue concejal de Medellín por el movimiento Firmes, y no cesó en la búsqueda de opciones políticas que respondieran al clamor de la sociedad en la lucha por el ejercicio de sus derechos y, en particular, fue muy activo en el Comité por la Defensa de los Derechos Humanos y en el Fondo Social Médico de la Asociación Médica de Antioquia.
Lo más paradójico es que, en el momento de su asesinato, tenía contactos con varias universidades europeas para estudiar Paz y Democracia. Era su gran reto ayudar en la reconstrucción del país, dedicar tiempo para estudiar el proceso de la violencia desde los determinantes socioeconómicos, y ayudar en la