ISBN 0124-0854
N º 182 noviembre de 2011 más recónditos recuerdos raizales de los descendientes del cacique Upar , se levanta como su montaña tutelar .
Entonces , en esa ruta de significaciones , la hamaca tendrá que ser “ más grande que el cerro ’ e Maco ”. Se trata de una hamaca cósmica , del tamaño de un pueblo , adaptada a su medida y a su imaginación . Nada hay más cómodo para los creadores de cantos vallenatos que acrisolar sus melodías desde la suave complicidad del vaivén de una hamaca , bajo la sombra protectora de los legendarios palos de mango , embriagados por la inspiración que las musas dan al acto creador , y acompañados del tañer ensoñador de una guitarra .
Aun más , esa “ vieja gaita que sólo cuenta / historias sagradas que antepasados recuerdos esconden ”, es un elemento simbólico , alegórico , de los orígenes comunes de nuestros pueblos , ya que la gaita farota se puede asumir hoy como signo y emblema de las raíces culturales que identifican a los pueblos aborígenes de ese microcosmos mágico que es el Caribe colombiano .
Por eso , la gaita farota , hermana legítima de nuestros carrizos chimilas y serranos ,
que tan hermosamente toca y que “ también tiene leyenda cual la de Francisco el Hombre ”, es el extremo visible o el punto de partida de la madeja donde se envuelve el hilo conductor que nos ha de llevar por los vericuetos de la memoria , para encontrar el sentido de unidad que como destino histórico nos corresponde asumir a los hombres del Caribe , cuya preocupación debe estar más por el lado de lo que nos identifica y nos une , que por la búsqueda de lo que nos diferencia y divide .
Repitiendo algo ya dicho , La hamaca grande es el regalo poético y musical más original que se haya hecho jamás al pueblo vallenato . Singular metáfora en la que el corazón de un pueblo se ofrece alegorizado en aquellos elementos culturales que son el espejo de su realidad .
Los vallenatos no hemos tenido la deferencia de agradecer ese presente que el gusto colectivo consagró como un clásico del folclor nacional . Por esa razón hoy , en nombre y representación de mi pueblo , asumo la misma vocería que usted un día asumió en nombre “ de la tierra de la hamaca ” para homenajearlos y decirles en nombre de todos los vallenatos a usted , maestro Adolfo Pacheco , y a su pueblo