ISBN 0124-0854
N º 176 Mayo de 2011 comunicación en red de los medios digitales ; más , cuando esa práctica escritural no sólo se menoscaba , retrae o desdibuja , sino que pierde piso ― si alguna vez lo tuvo ― y , sistemáticamente , se descuida en la formación . Y , quizá con nostalgia , no se puede evitar ver en ese posible derrumbe de la práctica de una escritura académica ― propiciado , sin duda , por el carácter actual de la universidad ― la señal de un enterramiento de lo que hemos venido asumiendo , bajo ese cielo letrado , como cultura académica .
En la universidad , uno se queda sin palabras , y con un inefable malestar , cuando aborda la lectura de textos supuestamente “ académicos ” de estudiantes , ya no de pregrado sino también de posgrado . Para peor , puede tratarse de “ ensayos ” presentados en una materia y que , sintomáticamente , obtuvieron el máximo de calificación . Textos bien aceptados por los profesores , pero , paradójicamente , sin textura ; calificados sin tener en cuenta cómo están escritos , cómo está trabajado o adecuado allí el lenguaje en cuanto forma a un contenido . Sin tener en cuenta el hecho fundamental de que el conocimiento mismo está intrínsecamente ligado al lenguaje ; sin vislumbrar siquiera que , de
manera rotunda , el aprendizaje puede ser considerado como un proceso lingüístico , 5 y que no es posible aprehender y aprender los signos-pensamiento por fuera de un código simbólico . En suma , sin tener en cuenta la premisa básica de que el sentido nos llega a través de la forma .
Si , al calificar , los profesores no tienen en cuenta la función textual del lenguaje , cómo se teje el texto en sus temas y subtemas , su coherencia misma , ¿ qué están calificando ? Tal vez se centren en verificar en los textos de los estudiantes la inclusión de términos-conceptos expuestos en clase , la presencia ― así sea desarticulada ― de elementos teóricos clave dentro de la disciplina , como garantía de que el estudiante sí se ha “ familiarizado ” con ellos . O quizá los profesores , objetando la falta de tiempo y la tiranía administrativa , hayan renunciado a ver realmente los textos de los estudiantes y saber qué pasa allí con la escritura académica en su función epistémica .
Pero , en últimas , ésa sería una práctica docente equivalente a la del estudiante que corta y pega información bajada de