Presentación
ISBN 0124-0854
N º 177 Junio de 2011
Todavía contamos historias
¿ Para qué periodistas en un mundo en el que cualquier persona puede capturar y divulgar información a través de diferentes dispositivos ? Esa pregunta surge de cuando en cuando , desde que la tecnología hizo posible que los interesados anuncien novedades para que otros interesados las conozcan en instantes , sin importar en qué lugar del planeta estén .
La respuesta que más se oye es la siguiente : el periodismo seguirá existiendo porque , ejercido con probidad , es la única garantía de recibir informaciones que brinden contexto , contraste , análisis , explicaciones y previsión . En efecto , no todo aquello que circula por páginas web , blogs y redes sociales cumple con esas características ; su función , más que informar , es servir de alertas noticiosas , cual ambulancia que va por las calles indicando “ aquí llevo un herido ”, pero sin dar mayores explicaciones .
En un mundo cada vez más aturdido por miles de sirenas de ambulancias , el periodismo debe ser el bastión de las informaciones que esclarecen . En la práctica , sin embargo , no siempre sucede así : en el primer semestre de 2011 , dieciocho estudiantes del curso de Teoría de la información de la carrera de Periodismo de la Universidad de Antioquia analizaron las versiones “ puntocom ” de varios de los principales periódicos colombianos y lo que encontraron fueron más pitos y sirenas que obras musicales