N º 175 Abril de 2011
En uno de esos días— la hija menor estaba en un toldillo porque estaba jovenciando 3— los viejos se fueron a coger maíz. Antes de salir los viejos le dijeron a sus hijos:
— Cuidado van a llamar al Yoeyoe saque si no le van a dar nada.
Después de las recomendaciones se fueron. Al llegar el mediodía los muchachos ya estaban cansados de jugar, por eso acordaron llamar al Yoeyoe saque. Comenzaron a llamarlo, llama y llama. Al rato la jovencita les dijo a los muchachos:
—¿ Ustedes para qué están llamando a ese animal? ¿ Le van a dar de comer? ¿ Mi mamá qué le dijo a ustedes?
Para nuestros antepasados, cuando las niñas entraban a la pubertad no podían hablar durante ocho días con nadie porque si lo hacía quedaba chismosa para toda la vida. Ella estuvo hablando así y cuando menos pensó vino a salir el Yoeyoe a la casa. Los muchachos salieron corriendo a esconderse al monte pero ella, como no podía correr, se quedó quieta y el yoeyoe se acercó y se la tragó, después de esto se fue para la laguna. El karé, que se encontraba observando todo desde un árbol, se fue volando a avisarle a los dueños, que se
encontraban cogiendo maíz. Los dueños vieron que el karé venía volando. El loro se sentó en un árbol cerca de ellos y les dijo:
— Mamá, a nuestra hija se la comió el Yoeyoe saque.—¿ A quién?— A nuestra hija.
El karé le explicó lo sucedido. Los padres se dieron vuelta, dejaron el maíz y se vinieron para la casa. Cuando llegaron vieron que era verdad lo que les había contado el karé. Como los niños no se encontraban en la casa, comenzaron a llamarlos. Ellos, que estaban escondidos en el monte, salieron:
—¿ Qué más vamos hacer?
Dijeron, mientras lloraban a la joven. Entonces pensaron:
— Vamos a matarlo.
Por eso comenzaron a llamarlo, pero ese día no salió. Al día siguiente, en la hora de la tarde, comenzaron a prender el fogón y dentro de la olla echaron piedras. Cuando ya estaba todo listo empezaron a llamarlo. Al rato vino a salir. A lo que abrió la boca le echaron las piedras, y como sintió que estaban