Agenda Cultural UdeA - Año 2010 SEPTIEMBRE | Page 14

ISBN 0124-0854
N º 169 Septiembre de 2010 devastada. La sensación de una libertad inaprovechable y su propio sentido de la degradación moral lo llevan al suicidio. Deleuze, pensando en Edmund y en los personajes del neorrealismo que heredan su imposibilidad para la acción y el sentimiento estancado de la propia libertad, escribe:
Por más que el protagonista se mueva, corra y grite, la situación en la que se encuentra desborda, por todas partes, su capacidad motora, le hace ver y escuchar aquello que de derecho no se corresponde con una respuesta o una acción. Más que reaccionar, registra. Más que comprometerse a una acción, se abandona a una visión, perseguido por ella o persiguiéndola él 2.
El mismo Rossellini, en películas inmediatamente posteriores como Stromboli( 1950), Europa 51( 1952) y Viaggio in Italia( 1953) que resumen su trabajo al lado de Ingrid Bergman, vuelve una y otra vez sobre la mirada pasmada de la protagonista, quien comprueba su imposibilidad de actuar frente a un paisaje que ha sido transformado por la experiencia de la guerra y que en pocos años se convertirá a su vez en el paisaje del nuevo capitalismo depredador. El teórico español Ángel Quintana describe también ese movimiento que se da en el cine posfascista:
La presencia en el nuevo cine de las sensaciones ópticas, como oposición al
2 Gilles Deleuze, La imagen-tiempo. Estudios sobre cine, vol. 2, Barcelona, Paidós, 1987, p. 13.
Imagen de la película de Alain Resnais, Hiroshima mon amour, Francia, 1959, 90’.
movimiento de la acción, provocó una nueva relación de extrañeza entre los individuos y las cosas. La dislocación de los sujetos con su entorno coincidió con el nacimiento de una determinada actitud de compromiso del cine frente a la realidad histórica. Un compromiso que se gestó en el seno de un nuevo paisaje, definido por el crítico Serge Daney como el paisaje de la noreconciliación política y estética. Después del año cero se tomó constancia de una ruptura fundamental, puesto que los vínculos que unían al hombre con el mundo se rompieron, y ya no fue posible encontrar evidencia en el mundo 3.
La falta de evidencia de la realidad que el cine moderno constata haciendo eco de la fenomenología, se resuelve, en el caso de Rossellini, en una dimensión de misticismo. La alienación y la particular
3 Ángel Quintana,“ El compromiso ético con la realidad: la apuesta del Neorrealismo”, en Fábulas de lo visible, Barcelona, Acantilado, 2003, pp. 173-174.