ISBN 0124-0854
N º 165 Mayo de 2010
singular que ayude a individualizar lo que dijo. No matice ni dé a entender que ha hecho una apropiación personal de lo escrito por otro. Mucho menos, se atreva a controvertirlo o sopesarlo. Una cita es una pista que damos para dar a entender que hablamos en el lenguaje aceptado por la tribu, no el pretexto para una conversación. A su vez, cuando a usted lo citen, entienda que lo que está ocurriendo es un intercambio de carisma en el sistema de relaciones públicas de la iglesia académica. Citar imprecisamente, parafrasear,
cuestionar, parodiar( e, incluso, dialogar con otros autores) son ecos de una tradición despreciable. Desde que se coleccionaban citas en el Medioevo para usarlas como faro de autoridad, nada más ha pasado en el mundo. La cantaleta humanista de la apropiación personal del conocimiento no fue más que un paréntesis de liberalidad reprochable. El texto escrito es, más que nada, el depósito de lo dicho para siempre y nada en él debe ser provisional. No es un ensayo lo que usted escribe, por más que esta tramposa palabra haya sido usada para confundir al articulista y al productor de ciencia llevándolo al peligroso terreno de la opinión.
5. La idea de que existen los intelectuales pertenece a una era romántica, en la que se creía que el pensar y la comunicación de ese pensamiento no eran pasibles de anexión o instrumentalización por el sistema. Escribir en el café es imagen de película francesa. Sólo le queda, en una era como la nuestra, ser“ muy profesional” y remediar la ausencia de cuestionamiento con las armas de la tecnocracia. La Universidad es, sobre todas las cosas, un espacio para