Prólogo
ISBN 0124-0854
N º 167 Julio de 2010 se enfrentaron dos grandes patriotas , de ideología política común en sus orígenes , distanciados en la apreciación de un hecho que cualesquiera que fuesen sus causas y fines inmediatos , cambió radicalmente la fisonomía de la Patria . La discusión fue agria y en ocasiones llegó a los linderos de los asuntos personales , pero en todo momento buscó ella el acierto patriótico y honrado , la dialéctica de fina ironía y de argumentación robusta , la consecuencia que no lastimase la honra y la gloria purísimas de los mártires de la emancipación . En este debate tanto el señor Caro como el señor Quijano Otero , desde puntos de vista aparentemente opuestos , exaltaron aquel esfuerzo revolucionario , que se inició en el Cabildo Abierto de 1810 y que tras las necesarias etapas de toda transformación política , tuvo su culminación definitiva en la independencia absoluta de 1813 . ( L . A . O .)
Prólogo
Señor Miguel Antonio Caro / redactor de El Tradicionista .
Hizo usted en su acreditado periódico varias apreciaciones sobre la verdad histórica del 20 de julio , y acerca de la importancia que tuviera el movimiento realizado en esa fecha memorable , y de una manera perentoria manifestó usted la opinión de que en el acta firmada en aquel día , lejos de proclamar independencia no se había hecho sino proclamar dependencia de los monarcas españoles .
Contesté yo contradiciendo aquella aseveración que destruía la gloria de nuestros próceres , reclamando los documentos que usted anunciaba como fundamento de su dicho , y exhibiendo algunos de los que comprueban el mío .
Hice estas observaciones en términos perfectamente comedidos y corteses ; si en mi artículo pudo haber alguna cosa que no agradara a usted , sería la cuestión misma que en él trataba , pero no los términos en que lo hacía , que a lo sumo encerraban una queja de que se oyera una voz discrepante en el coro que aplaudía a los que nos dieron patria ; y de que esa voz se hiciese oír en las filas en donde usted y yo formamos , y con motivo de la celebración de la fecha reconocida o proclamada como resumen de esfuerzos y de glorias comunes .
Aguardaba la respuesta de usted con doble ansiedad : desde luego leo siempre con agrado y con la atención con que se hace un estudio las producciones de su ilustrada pluma , y conociendo su fuerza tenía la ansiedad natural , que sólo la justicia de la causa que defiendo impedía que degenerase en temor , de medirme con tan poderoso atleta .
¡ Cuál no fue mi sorpresa al ver la contestación de usted , puesta como editorial del número 6 de su apreciable periódico , y por vía de preliminar a la cuestión histórica ! ¿ Se olvidó usted de sí mismo ? ¿ Olvidó usted a quién lo dirigía ?