ISBN 0124-0854
N º 159 Octubre de 2009
Publicamos aquí un extracto de la novela con la cual Gloria Inés Peláez Quiceno ganó el XXVI Premio Nacional de Literatura, modalidad novela, de la Universidad de Antioquia. Una vívida recreación de la época de la independencia nacional, en una prosa, como constatará el lector, fluida y plena de sugerencias sensoriales.
La francesa de Santa Bárbara( Fragmento)
Gloria Inés Peláez Quiceno
Sin embargo, la vida mundana que no viví en Francia la gocé brevemente en la capital del Nuevo Reyno. Las diversiones de los criollos replicaban las fiestas de las cortes y asistí a algunas de ellas acompañada de Alexander y pocas veces con nosotros asistió Bonpland. En una de ellas por única vez sentí los celos del científico. En esa oportunidad tampoco asistió Bonpland quien debió quedarse en la casa por causa de sus picaduras, adolorido y renegando por el abandono de su amigo, y en su lugar nos acompañó gustoso Francisco Matís, el pintor de láminas que nos recibiera tiempo atrás. A eso de las siete de la noche salimos de la Casa de la Expedición, guiados por un criado portando una lámpara. Pensaba en la singular compañía de Matís que obsequioso daba instrucciones al criado para alumbrar mejor la calle y en Alexander al otro lado, tratando de llamar mi atención ofreciéndome su brazo. Pero yo sólo pensaba que hubiera preferido mil veces la compañía del astrónomo que, aunque taciturno y poco conversador, me había encontrado varias veces sin que se decidiera a hablarme más de dos frases dejándome insatisfecha e intrigada. Lo imaginaba sentado frente a su mesa de trabajo en el Observatorio, indiferente a los festejos y las reuniones, doblado sobre sus libros, ignorante de mi preferencia de estar con él más que con cualquier otro. En un momento, sin otra opción para no caer, me sujeté del brazo del pintor, más por necesidad de un apoyo que por urgencia de su contacto, cuidándome de resbalar en una acequia de agua apestosa que corría por la calle. Alexander me miró con visible desagrado cuando continué el paseo sin soltar el brazo.